Los pacientes necesitan menos medicación y en el último año 30 residentes han abandonado el Psiquiátrico de Toén, uno de los dos hospitales españoles que practican la otra psiquiatría, un tratamiento diferente basado en la palabra.
El Psiquiátrico Cabaleiro Goás de Toén se ha desmarcado con éxito del método instaurado desde hace años en los sanatorios españoles -consistente en combinar tratamientos biológicos y terapia cognitiva- al practicar, junto con el hospital de Río Hortega de Valladolid, la otra psiquiatría, una técnica que, aunque también utiliza fármacos, prima el tratamiento a través de la palabra. Cuatro años después de ponerla en práctica, los resultados hablan por sí mismos.
Según la jefa de sección Chus Gómez Rodríguez, una de sus defensoras, esta filosofía diferente se basa en un trato del paciente individualizado, en el que su palabra y deseo tienen valor, y, gracias a su aplicación, sólo en el año 2007 el Psiquiátrico de Toén ahorró 20.000 euros en fármacos y los pacientes mejoraron considerablemente, consiguiendo que unos 30, algunos con un internamiento de más de 10 años de antigüedad, abandonasen el centro en los últimos 12 meses. Sobresale el caso de uno de ellos, que llevaba viviendo en el hospital 39 años.
Más autonomía
Estaban institucionalizados y ahora viven en residencias de ancianos, la mayoría cerca de su entorno familiar. Lo más importante es que antes ni se planteaban irse de Toén. Ahora, son personas más vivas y con un mejor aspecto. Al tomar menos fármacos, disminuye su dependencia y ganan en autonomía y responsabilidad, explica. Además, aclara que los pacientes psicóticos se caracterizan por que no se interesan por los demás, están solos con su locura y si esa mirada se vuelve a los demás esto es un índice de mejoría muy importante.
Sin embargo, añade que no es aplicable a todos los pacientes -ya que requiere un mayor compromiso y responsabilidad por parte del afectado-. Por lo tanto, concluye diciendo que hay enfermos a los que hay que dejar en Toén.
En la actualidad, el hospital de Toén, que dispone de 85 camas, tiene un total de 55 pacientes, de los cuales 22 están en la unidad de residentes, 13 en cuidados especiales y 22 en el área de estancia media (para usuarios en régimen abierto, con un internamiento medio superior a los seis meses). La mayoría son jóvenes (la edad media son 45 años) psicóticos.
Perros con fines terapéuticos
Las mascotas tienen un efecto terapéutico, porque inducen responsabilidad en el cuidado del animal y éste te da cariño. En definitiva, aportan bienestar físico y psíquico, afirma Chus Gómez Rodríguez, al avanzar que el Hospital de Toén pretende introducir este año animales de compañía, en concreto perros.
Ya nos hemos puesto en contacto con la Fundación Affinity, que está trabajando con el Psiquiatrico de Cienpozuelos -en Madrid-, donde utilizan perros labradores y caballos en la rehabilitación psiquiátrica de sus pacientes. También hemos hablado con las protectoras de animales gallegas, que ahora tienen que venir al centro para estudiar qué raza se adapta mejor y su disponibilidad. El siguiente paso será hablar con los pacientes y ver quién quiere tener un animal y quién no.
Otros proyecto del Psiquiátrico para este año es la puesta en marcha de un taller de grafiteros (para decorar las paredes de los túneles que comunican el hospital) y otro de teatro. Este último se haría dos veces por semana, de septiembre a junio, y ya disponen de una ayuda de la Fundación Cabaleiro Goás, de 3.500 euros, si bien aún les faltan otros 3.000 euros para poder realizarlo.
Según la jefa de sección Chus Gómez Rodríguez, una de sus defensoras, esta filosofía diferente se basa en un trato del paciente individualizado, en el que su palabra y deseo tienen valor, y, gracias a su aplicación, sólo en el año 2007 el Psiquiátrico de Toén ahorró 20.000 euros en fármacos y los pacientes mejoraron considerablemente, consiguiendo que unos 30, algunos con un internamiento de más de 10 años de antigüedad, abandonasen el centro en los últimos 12 meses. Sobresale el caso de uno de ellos, que llevaba viviendo en el hospital 39 años.
Más autonomía
Estaban institucionalizados y ahora viven en residencias de ancianos, la mayoría cerca de su entorno familiar. Lo más importante es que antes ni se planteaban irse de Toén. Ahora, son personas más vivas y con un mejor aspecto. Al tomar menos fármacos, disminuye su dependencia y ganan en autonomía y responsabilidad, explica. Además, aclara que los pacientes psicóticos se caracterizan por que no se interesan por los demás, están solos con su locura y si esa mirada se vuelve a los demás esto es un índice de mejoría muy importante.
Sin embargo, añade que no es aplicable a todos los pacientes -ya que requiere un mayor compromiso y responsabilidad por parte del afectado-. Por lo tanto, concluye diciendo que hay enfermos a los que hay que dejar en Toén.
En la actualidad, el hospital de Toén, que dispone de 85 camas, tiene un total de 55 pacientes, de los cuales 22 están en la unidad de residentes, 13 en cuidados especiales y 22 en el área de estancia media (para usuarios en régimen abierto, con un internamiento medio superior a los seis meses). La mayoría son jóvenes (la edad media son 45 años) psicóticos.
Perros con fines terapéuticos
Las mascotas tienen un efecto terapéutico, porque inducen responsabilidad en el cuidado del animal y éste te da cariño. En definitiva, aportan bienestar físico y psíquico, afirma Chus Gómez Rodríguez, al avanzar que el Hospital de Toén pretende introducir este año animales de compañía, en concreto perros.
Ya nos hemos puesto en contacto con la Fundación Affinity, que está trabajando con el Psiquiatrico de Cienpozuelos -en Madrid-, donde utilizan perros labradores y caballos en la rehabilitación psiquiátrica de sus pacientes. También hemos hablado con las protectoras de animales gallegas, que ahora tienen que venir al centro para estudiar qué raza se adapta mejor y su disponibilidad. El siguiente paso será hablar con los pacientes y ver quién quiere tener un animal y quién no.
Otros proyecto del Psiquiátrico para este año es la puesta en marcha de un taller de grafiteros (para decorar las paredes de los túneles que comunican el hospital) y otro de teatro. Este último se haría dos veces por semana, de septiembre a junio, y ya disponen de una ayuda de la Fundación Cabaleiro Goás, de 3.500 euros, si bien aún les faltan otros 3.000 euros para poder realizarlo.
