La lluvia reinante en la celebración ayer del Día de Todos los Santos no fue impedimento para que las pozas de la ciudad fuesen un hervidero de ourensanos y visitantes que disfrutaron del puente a las orillas del Miño.
Los párkings, llenos de vehículos desde temprano, son el más claro indicador de la afluencia de usuarios de las termas. En Outariz, junto a decenas de coches estacionados, se podían ver varias autocaravanas de visitantes que vienen a disfrutar de la tranquilidad de la zona, ideal para pasar en familia. Este es el caso de la familia Spata Luaces, que viajaron desde el concello coruñés de Vimianzo para pasar el puente junto a sus dos hijos. El padre, Fabián, explica que 'ya hemos venido a Ourense más veces, porque nos gusta mucho quedarnos por esta zona de Outariz', a lo que añade Ángeles, la madre, que 'siempre que hay un puente, intentamos venir aquí'.
Una de las peculiaridades de las termas es la alta temperatura de las aguas, ideal para los viajeros que visitan Ourense en otoño e invierno. 'Pensamos en no venir por el mal tiempo previsto, pero al final nos dimos cuenta de que mereció la pena, porque podemos bañarnos perfectamente aunque llueva', comenta Chelo Sanjurjo, de A Coruña. José Escudero, un visitante de Palencia asiduo a las termas, agradece que no sople demasiado viento, porque 'si hace viento te quedas helado al salir del agua', y añade que 'es mejor venir en los meses fríos, porque hace demasiado calor en verano para bañarse'.
Pero no sólo de bañistas se llenaron Outariz y A Chavasqueira, ya que muchos visitantes se acercaron a conocer un lugar peculiar para muchos de ellos y hacerse fotos. La caraqueña Elfride Palma, en su primera visita a la ciudad reconoce que 'nunca había visto algo semejante, es muy bonito', y lamentó que 'esta vez no me puedo bañar por cuestión de tiempo, aunque volveré más veces'.
Pero junto a la población foránea, muchos ourensanos que están disfrutando del puente en su ciudad también se dejan caer por A Chavasqueira y Outariz. Algunos de los usuarios habituales no faltaron a su cita diaria con las aguas termales, y los caminos que circulan a lo largo de la orilla del río estuvieron muy transitados por deportistas, bien corriendo, bien en bicicleta.
Estos caminos de acceso fueron, no obstante, criticados por algunos de los turistas. Chelo Sanjurjo lamentó que 'nosotros no podríamos ir andando desde la ciudad por la mala señalización, y tuvimos que coger un taxi y bajar a pie desde la carretera'. Además, algunos de los visitantes que repetían estancia, como Fabián Spata, reconocieron que 'las hemos notado un poco más descuidadas que otras veces por el vandalismo'.
Una de las peculiaridades de las termas es la alta temperatura de las aguas, ideal para los viajeros que visitan Ourense en otoño e invierno. 'Pensamos en no venir por el mal tiempo previsto, pero al final nos dimos cuenta de que mereció la pena, porque podemos bañarnos perfectamente aunque llueva', comenta Chelo Sanjurjo, de A Coruña. José Escudero, un visitante de Palencia asiduo a las termas, agradece que no sople demasiado viento, porque 'si hace viento te quedas helado al salir del agua', y añade que 'es mejor venir en los meses fríos, porque hace demasiado calor en verano para bañarse'.
Pero no sólo de bañistas se llenaron Outariz y A Chavasqueira, ya que muchos visitantes se acercaron a conocer un lugar peculiar para muchos de ellos y hacerse fotos. La caraqueña Elfride Palma, en su primera visita a la ciudad reconoce que 'nunca había visto algo semejante, es muy bonito', y lamentó que 'esta vez no me puedo bañar por cuestión de tiempo, aunque volveré más veces'.
Pero junto a la población foránea, muchos ourensanos que están disfrutando del puente en su ciudad también se dejan caer por A Chavasqueira y Outariz. Algunos de los usuarios habituales no faltaron a su cita diaria con las aguas termales, y los caminos que circulan a lo largo de la orilla del río estuvieron muy transitados por deportistas, bien corriendo, bien en bicicleta.
Estos caminos de acceso fueron, no obstante, criticados por algunos de los turistas. Chelo Sanjurjo lamentó que 'nosotros no podríamos ir andando desde la ciudad por la mala señalización, y tuvimos que coger un taxi y bajar a pie desde la carretera'. Además, algunos de los visitantes que repetían estancia, como Fabián Spata, reconocieron que 'las hemos notado un poco más descuidadas que otras veces por el vandalismo'.
