Más de un año después de que un incendio calcinara la capilla de Os Remedios, el Concello se ha encontrado con una dificultad añadida, la de localizar a todos los propietarios del templo, que fue declarado bien de interés cultural junto al Puente Romano. Hace ya varias semanas que desde el departamento municipal de Urbanismo se ha iniciado un rastreo de todos los herederos de la persona que aparece como propietaria en la última inscripción registral, realizada en 1905.
Según fuentes municipales, hay una veintena de propietarios del inmueble, algunos de los cuales no están localizados. La intención de la institución local es ponerse en contacto con ellos no sólo para plantear la posible cesión del monumento para su recuperación sino también para, de no hacerlo, cobrarles las obras de emergencia que llevó a cabo para evitar que continuase el deterioro de la capilla y que ascendieron en su día a unos 50.000 euros.
Lo que sí sabe la institución municipal es que hay una parte de los dueños que es partidaria de la cesión del templo, mientras que otros propietarios son reacios a realizarla. De hecho, el pasado enero tres de ellos remitían un escrito al Concello en el que le comunicaban su disposición a ceder su parte del edificio.
LA CESIÓN
Desde que la capilla quedara en ruinas, la Xunta, el Concello, la Diputación y el Obispado se reunieron en diversas ocasiones para abordar su restauración, teniendo en cuenta no sólo su valor como bien de interés cultural sino también la devoción de los ourensanos a la Virgen de los Remedios. Sin embargo, las instituciones públicas no pueden invertir en edificios que sean de titularidad privada, por eso se barajaba como solución más viable la cesión del templo al Obispado, dado que los edificios de la Iglesia sí pueden recibir estas ayudas.
Lo que sí sabe la institución municipal es que hay una parte de los dueños que es partidaria de la cesión del templo, mientras que otros propietarios son reacios a realizarla. De hecho, el pasado enero tres de ellos remitían un escrito al Concello en el que le comunicaban su disposición a ceder su parte del edificio.
LA CESIÓN
Desde que la capilla quedara en ruinas, la Xunta, el Concello, la Diputación y el Obispado se reunieron en diversas ocasiones para abordar su restauración, teniendo en cuenta no sólo su valor como bien de interés cultural sino también la devoción de los ourensanos a la Virgen de los Remedios. Sin embargo, las instituciones públicas no pueden invertir en edificios que sean de titularidad privada, por eso se barajaba como solución más viable la cesión del templo al Obispado, dado que los edificios de la Iglesia sí pueden recibir estas ayudas.
