Los vecinos de A Granxa urgen medidas: radares y bandas rugosas

Los vecinos de A Granxa, barrio en el que ocurrió el último atropello mortal hace ahora ocho días, están convencidos de que impera la ley del más fuerte: esto es, la de los automovilistas. Hay quienes como José Antonio Fernández son partidarios de mayor control policial en esa calle para evitar esos abusos, ya que que de forma reiterada varios vecinos han sido víctimas de los desmanes de los automovilistas.

Julio Vázquez lleva 47 años viviendo en este barrio, constatando a diario el exceso de velocidad de los conductores. Para él, la instalación de más bandas elevadas en el asfalto podría ser una solución. Según Martín Varela, el problema es de concienciación en tanto que los conductores enfocan el tránsito ese zona como si estuviera ya fuera del casco urbano.

La asociación de vecinos O Barrio ya entregó en el Concello, vía registro, un escrito solicitando medidas urgentes para que se reduzca la velocidad en este punto de la ciudad. Además, dejó constancia de todas las peticiones que desde 1999 han formulado para urgir la colocación de pasos de peatones elevados, señales luminosas y radares de control de velocidad. Inma Freijeiro, presidenta de esta asociación, cree que los conductores se toman más esta vía como una carretera que como una calle integrada en el núcleo urbano.

La Policía Local insiste en la disociación de accidentes y velocidad porque, según dice, "este tipo de conductas no alcanza el 1% en materia de siniestralidad".

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