Las continuas reyertas nocturnas que se suceden en las cercanías de la sala de fiestas Chambonea de la ciudad, ubicada en el número 9 de la calle Remedios, así como el exceso de ruido que soportan los vecinos de la zona por los conflictos callejeros que se repiten cada noche de fiesta, situaron ya al local, que atesora una denuncia por ruido, en el punto de mira de los agentes y de los residentes en el lugar.
Precisamente, fuentes del Concello de Ourense confirmaron ayer que esta discoteca, una de las cuatro que las fuerzas policiales consideran conflictivas -junto a la Discoteca Latina, Azabache y Zona Cero-, ha sido denunciada por un particular por sobrepasarse supuestamente con los decibelios. Por ello, las mismas fuentes aseguraron que los técnicos municipales 'farán as pesquisas pertinentes para dirimir se procede ou non abrirlle un expediente', después de que realicen un informe que está aún en fase de elaboración.
Los excesos en los umbrales de sonido, especialmente por los altercados desencadenados por la clientela del negocio en su exterior, no son, por otra parte, ajenos a los residentes en la calle, que critican la sucesión de episodios violentos y el ruido que soportan hasta cerca de las siete de la mañana, sobre todo las madrugadas de los fines de semana.
Antonio Álvarez, vecino de un piso contiguo al local, aseguró a La Región que 'es un sitio frecuentado por gente latina' y que 'se pelean con frecuencia en la calle muchas madrugadas hasta las seis y media de la mañana'. Por ello, aseguró que 'la policía tiene que venir a menudo y la gente no puede dormir'. Sostiene, asimismo, que es frecuente que los autores de las peleas dañen coches, mobiliario urbano y orinen en cerraduras.
RUIDO ''INSOPORTABLE'
También otra vecina de la calle, Victoria Cid, indica que 'é habitual que se peleen e haxa feridos e sangue', además de afirmar que conciliar el sueño se hace difícil las noches de 'movida' y que la conflictividad entorno al local se acentuó en los últimos meses pero que 'vén de atrás, de cando había no seu lugar un club de alterne'.
Otra moradora en la zona -prefiere mantener el anonimato- añade que soporta a menudo 'chillidos' y que 'es raro el fin de semana que no hay jaleo'. En la misma línea, José León, otro vecino de la calle, asegura que el ruido se hace 'insoportable', al igual que otra residente del edificio número 9, que sostiene, además, que su comunidad de propietarios está 'en pie de guerra' por el ruido y las peleas.
Fuentes policiales aseguraron que el último altercado grave en la zona ocurrió antes del verano, cuando los agentes disiparon una reyerta callejera que implicaba a más de 30 personas y que el local es 'conflictivo'.
Los excesos en los umbrales de sonido, especialmente por los altercados desencadenados por la clientela del negocio en su exterior, no son, por otra parte, ajenos a los residentes en la calle, que critican la sucesión de episodios violentos y el ruido que soportan hasta cerca de las siete de la mañana, sobre todo las madrugadas de los fines de semana.
Antonio Álvarez, vecino de un piso contiguo al local, aseguró a La Región que 'es un sitio frecuentado por gente latina' y que 'se pelean con frecuencia en la calle muchas madrugadas hasta las seis y media de la mañana'. Por ello, aseguró que 'la policía tiene que venir a menudo y la gente no puede dormir'. Sostiene, asimismo, que es frecuente que los autores de las peleas dañen coches, mobiliario urbano y orinen en cerraduras.
RUIDO ''INSOPORTABLE'
También otra vecina de la calle, Victoria Cid, indica que 'é habitual que se peleen e haxa feridos e sangue', además de afirmar que conciliar el sueño se hace difícil las noches de 'movida' y que la conflictividad entorno al local se acentuó en los últimos meses pero que 'vén de atrás, de cando había no seu lugar un club de alterne'.
Otra moradora en la zona -prefiere mantener el anonimato- añade que soporta a menudo 'chillidos' y que 'es raro el fin de semana que no hay jaleo'. En la misma línea, José León, otro vecino de la calle, asegura que el ruido se hace 'insoportable', al igual que otra residente del edificio número 9, que sostiene, además, que su comunidad de propietarios está 'en pie de guerra' por el ruido y las peleas.
Fuentes policiales aseguraron que el último altercado grave en la zona ocurrió antes del verano, cuando los agentes disiparon una reyerta callejera que implicaba a más de 30 personas y que el local es 'conflictivo'.
