El centro penitenciario de Pereiro de Aguiar cumplió sus 25 años de trayectoria bajo una misión que se ha mantenido invariable en el tiempo: la reeducación de los condenados para lograr su integración sociolaboral

Veinticinco años reinsertando presos

José I. Bermúdez, Silvia Alonso, Juan C. Salvador y Manuel Arias.  (Foto: M.P.)
La prisión no es sólo un espacio en el que apartar temporalmente de la sociedad a quienes cometen conductas punibles, sino que es también un lugar para la esperanza, en donde las palabras reeducación y reinserción son claves en la vida diaria de los internos y de los que persiguen su integración sociolaboral.
Estos dos términos, los únicos que garantizan la vuelta a una nueva vida a quienes están privados de libertad, fueron también ayer, precisamente, los que cobraron especial significación en el acto que conmemoró el 25 aniversario del centro penitenciario de Pereiro de Aguiar.

Bajo un ambiente festivo, numerosas autoridades del ámbito judicial, policial, político y civil rindieron homenaje a la trayectoria de un penal que, según aseguró su actual directora, Silvia Alonso, 'ha dado normalidad al cumplimiento de las condenas, sin descuidar el fin de reinserción que marca la Constitución'. Su discurso, pronunciado poco antes de que se descubriese una placa conmemorativa en uno de los patios de la cárcel, también tuvo palabras para quienes 'apoyaron desde dentro y desde fuera la institución' y para 'los que pasaron por aquí y dejaron su huella' desde 1987, el año de la apertura del penal.

Como prueba del fuerte vínculo que crea la vida en el ámbito penitenciario, la actual responsable del centro puso de relieve la presencia en el acto de sus tres directores anteriores -por su entrega-: José Ignacio Bermúdez (1989-1992), Manuel Arias (1992-2008) y Juan Carlos Salvador (2008-2011). Ante ellos y, delante de una nutrida representación de personal de la prisión y de otras instituciones, concluyó: 'Felicidades a todos por 25 años de buen trabajo'.

El subdelegado del Gobierno en Ourense, Roberto Castro, fue el encargado de retomar su intervención para asegurar que 'la reinserción social (de los condenados) es hoy en día un objetivo irrenunciable' y que 'no se cumplen 25 años de la construcción de una cárcel, sino 25 años de trabajo a favor de las personas privadas de libertad'.

Los reclusos del centro (367 a finales de 2011 -sólo 18 mujeres-) no fueron ajenos a la conmemoración. Una hora antes de la celebración institucional, que acabó sobre la una del mediodía con la actuación de la Real Banda de Gaitas de la Diputación, un grupo de internos de Pereiro (muchos participan en un grupo coral) acudieron a una celebración litúrgica conmemorativa que contó con la presencia del obispo de Ourense, monseñor Leonardo Lemos.

Tanto la efeméride que vivió ayer el penal de Pereiro, como la vida en el mismo, no deja indiferente a las personas que moran en sus instalaciones. I.D., un interno que lleva cinco años y medio entre rejas, indicó ayer que estar privado de libertad 'depende de como o leves'. Eso sí, aseguró, 'sérveche para valorar máis á familia e o que tiñas antes'.

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