Verín y Petín ahorrarán con las comunidades energéticas

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photo_camera Queirugás, el primer núcleo rural de Verín que contará con una comunidad energética. (Foto: C. C.).
Concellos y colectivos de Ourense solicitan la subvención de la Xunta para implementar sus proyectos

Las comunidades energéticas son proyectos colectivos de cooperación que implican a personas, asociaciones, empresas o administraciones públicas que se unen para generar, consumir y gestionar su propia energía de origen renovable, bajo un modelo de gobernanza democrática y una participación abierta y voluntaria.  En la provincia de Ourense ya hay algunos proyectos en marcha de concellos y colectivos que ven en esta herramienta una oportunidad para el ahorro de energía.

Desde la Xunta de Galicia, que lanzan un paquete de ayudas para crear estas comunidades, consideran que “o adecuado desenvolvemento de comunidades enerxéticas en Galicia pode contribuír de xeito importante á consecución dos obxectivos de descarbonización, especialmente no sector edificatorio, aínda que tamén no empresarial e industrial, grazas a este modelo de cooperación no que se fomenta o autoconsumo a partir de fontes renovables de enerxía”. También anotan que esta herramienta “facilita o acceso dos seus integrantes a unha enerxía limpa, reducindo as facturas e, en moitos casos, constitúe un elemento dinamizador en contornas rurais”. 

Por ello, esta convocatoria de ayudas para la planificación energética cuenta con 600.000 euros y estará abierta hasta el 14 de junio. Actualmente, la Xunta ya ha recibido 19 solicitudes en toda Galicia -11 en la línea de concellos y ocho en la de comunidades energéticas- que suponen 117.000 euros de ayuda solicitada. Concretamente, en Ourense ya se está promoviendo la primera comunidad energética empresarial de Galicia, localizada en la Tecnópole.

Siguiendo este ejemplo, el área industrial de O Carballiño también recibió una propuesta para la creación de una comunidad energética. Actualmente, están en fase de anuncio y Manuel Carballeda, presidente del área industrial, asegura que “é unha proposta interesante, porque temos unha área que require un consumo, pero polo momento non houbo grandes avances nese asunto”. 

Los concellos ourensanos

Más allá de entidades o comunidades, los concellos también se han interesado por estas herramientas. Es el caso de Verín y Petín. Este último mantuvo una reunión con los vecinos hace un tiempo para informarlos sobre las comunidades y esta semana ya han colgado en la página web del concello las solicitudes para que se puedan enviar y solicitar la subvención de la Administración autonómica. “Foi iniciativa do Concello, e vemos que a xente está moi interesada”, comenta Raquel Bautista, alcaldesa de Petín. 

En el caso del Concello de Verín, que ya han solicitado la ayuda, preparan un ambicioso plan para dotar a los núcleos rurales de comunidades energéticas y lograr así un importante ahorro en las facturas. Esta herramienta se implementará en un primer momento en los pueblos de Queirugás y Ábedes para que los vecinos paguen menos que en la actualidad: “Son 99 kw/h que se reparten entre os abonados. Imaxina que en Queirugás hai 60 e a horta solar produce X kw e a xente gasta Y kw, o que pagarían sería Y menos X, aforrando na factura”, explica Gerardo Seoane, alcalde de Verín, que confía en poder lograr una comunidad energética global para el término municipal.

Por su parte, la Diputación de Ourense también ha lanzado un proyecto en esta materia. Es un programa piloto para crear este tipo de comunidades energéticas -que permitirían ahorrar a cada usuario hasta un 50% de su consumo eléctrico- en una docena de concellos: Riós, A Gudiña, A Peroxa, Muíños, Carballeda de Avia, Larouco, San Xoán de Río, Maceda, San Amaro, Os Blancos, A Merca y Montederramo. Actualmente, esta propuesta de proyecto ya está realizada y se encuentra en fase de trámites administrativos. 

Así, las comunidades energéticas son una apuesta segura para el ahorro de energía y las administraciones se suman a ello, para dar cumplimiento al mandato europeo en los términos referidos al impulso de estas herramientas. 

Las exigencias de la ley frenan el proyecto de los comuneros de Baltar

La “cara B de la moneda” son las exigencias que se ponen para crear comunidades energéticas. Así lo han experimentado en el concello de Baltar, donde sus comuneros estudiaron la posibilidad de crear una comunidad energética a finales del pasado año para abordar posibles alternativas a la introducción de parques eólicos, un proyecto que quedó parado debido a las trabas que encontraron por el camino. 

“O proxecto non foi adiante porque ten unha letra pequena na lei. Din que o lugar no que vaias a poñer as placas no suelo non pode estar máis afastado de 500 metros das casas, mentres que se o pos nunha estrutura, como un tellado, que teña dobre uso, podería ser ata un quilómetro”, cuenta Enrique Cuquejo, de la Comunidad de Montes de Baltar, quien lamenta que en el municipio no hay un espacio adecuado para ello: “Nós tiñamos unha finca moi boa pola súa situación que podiamos empregar, pero claro, non cumpre a regra dos 500 metros, creo que en moi poucos lugares vai a haber algún espazo que cumpra esta norma, o tal sería unha parcela no núcleo urbano, pero eso é moi complicado de atopar”, señala. 

Esta traba fue un golpe para los comuneros de Baltar, que veían en las comunidades energéticas una alternativa a los eólicos, pues la idea era que “a comunidade de montes faga as inversións en instalacións fotovoltaicas, lle ceda a titularidade á comunidade enerxética e se realice un autoconsumo colectivo”, recordaba Cuquejo sobre el ahorro energético. 

Así, los vecinos de Baltar deberán buscar otras alternativas o tratar de “darlle unha volta -dice el comunero- ao asunto para ver se se pode lograr, pero é difícil con estas normas, as que eu non lle vexo moito sentido”, concluye. 

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