Xan Padrón: "Empecé en Ourense mi historia fotográfica, es bonito regresar”

El fotoperiodista Enrique Reza, vinculado a La Región durante años, fue el que le regaló su primera cámara al ahora aclamado fotógrafo Xan Padrón (Ourense, 1969). Su padrino fue el que despertó en él su pasión por los retratos. También su padre, Luis Padrón, redactor jefe de la edición Internacional de La Región, le enseñó a observar historias. Padrón, que vive a caballo entre Ourense y Nueva York, exhibe su exposición “Time Lapse” en la Sala Valente. La colección de retratos de ciudades que realiza desde 2011 forma parte de la muestra, que se puede visitar hasta el próximo 23 de enero. Estas fotos han pasado antes por lugares como la sede de la ONU o el edificio Pfizer en Nueva York. “Time Lapse” viajó por todo el mundo. ¿Ourense es especial? Me hace muchísima ilusión porque mi ciudad natal tiene un significado muy especial para mí. ¿Cómo inicia este proyecto hace ya 10 años? La primera imagen es de 2011 e inicié el proyecto porque un día me fijé en cuántas cosas pasan en un punto, en un solo lugar y ciudad, que parece insignificante y en realidad hay muchísima vida. Pensé en cómo plasmar eso en mi fotografía y se me ocurrió este concepto, mi forma de mostrar ciudades sin mostrar edificios ni puentes ni nada, simplemente a través de la gente que las habita. ¿Dónde encontró más vida? ¿En los rostros, en los gestos…? Es general. Lo que intento retratar es que nosotros somos toda nuestra identidad cultural, pero también somos la forma en que nos adaptamos a los lugares en que vivimos. No me interesa retratar nada en un aspecto individual, mis imágenes son sobre el colectivo, nuestra forma de caminar, cómo nos vestimos… El sentido de la vida. ¿La gente se mimetiza con las ciudades? Sí. Me gusta pensar en mis imágenes como retratos sociológicos. Un departamento de Sociología de Harvard realizó una publicación en la que puso una de mis imágenes. No deja de ser un momento, en un punto cualquiera, retratando lo que pasa ahí. Yo nunca interactúo con las personas, las paredes… Simplemente reflejo lo que veo. ¿Cómo fue el trabajo en pandemia, especialmente en confinamiento? Fue complicado al principio, porque no había gente en la calle. Hice figuras humanas con limones y ramas de limoneros porque no había gente en la avenida y no podía hacer mi trabajo. Estaba casi volviéndome loco. Mi mujer y su madre vistieron las figuras, estábamos todos en la casa de Moreiras. Es un recuerdo de esa época en que no había gente en la calle, una forma de decir que la creatividad continúa a pesar de que los malos tiempos están ahí, a pesar de los tiempos oscuros. La pandemia cambió por completo el paisaje humano de las ciudades, la forma en que nos relacionamos, en que caminamos… Para mi trabajo es importante resaltar que hay un antes y un después del coronavirus porque el paisaje humano cambió por completo. ¿Cómo ve Ourense como fotógrafo tras las pandemia? Lo que me llama la atención es lo bien que estamos haciendo las cosas. Aunque paso gran parte del tiempo fuera y no puedo estar al tanto de las cosas. ¿Le gustaría tener más proyectos en Ourense? Me encantaría, pero ahora este es el proyecto en el que aún estoy trabajando y quiero expandirlo a otros lugares del mundo. Estoy encantado de que esté en Ourense. Realmente mi historia fotográfica comenzó en Ourense y me encanta que regrese de esta forma. Cuando era joven, con mi padrino, Enrique Reza, revelaba fotos en su casa, en su laboratorio… Esta es una forma muy bonita de regresar a Ourense. Mi padre, Luis Padrón, también fue periodista de La Región. Por este motivo La Región tiene un significado emocional muy importante para mí.