Vida OurenSana

Análisis de la psiconeurofisiología de los estados superiores de consciencia

Por más explicaciones que se quieran dar sobre esta Nada, que no es la nada que se entiende en el estado de consciencia normal, es imposible aprehenderla. Para la consciencia normal, esta Nada se ve como algo negativo, como ausencia o extinción, y lo que es aún peor como una ascética o sacrificio por el que hay que pasar, para alcanzar un estado de conciencia especial. Esto es lo mismo que dar muchas explicaciones sobre el sabor de una manzana. Solo cuando se siente, comiéndola, se sabe. Sin embargo, las explicaciones sobre la exquisitez de la manzana o el éxtasis de la Nada, pueden servir al menos para motivar más al iniciado, y para reforzar más la práctica meditativa, que puede conducir a la experiencia de la misma.

El error mas común en la práctica meditativa y el más duradero, aun en aquellos mas avanzados, es nuestro propia forma, casi exclusivamente intelectiva, de percepción o entendimiento de las cosas casi inconscientemente. Esto hace que más o menos inconscientemente, estemos convirtiendo nuestro intento de meditar, en un intento más del ego por conseguir un mayor nivel de consciencia, la verdadera Realidad, poderes extrasensoriales... Por el contrario, la verdadera dimensión de la meditación es precisamente el abandono de todas esas u otras cualesquiera ideas. Es decir la meditación no es para alcanzar mayores ideas o ganancia de ellas, sino que hay que experimentarla como una pérdida de las que ya tenemos, hasta que nos quedemos en Nada. Solo los que llegan a esta comprensión y la realizan en su vida diaria, pueden sentirse al fin libres y dichosos. Entonces y solo entonces es cuando se dan cuenta completamente, que eso es infinitamente mejor que todos los poderes del mundo. ¡Pero cuidado!, nuestro ego, a medida que avanzamos en este gran camino evolutivo de la conciencia, cada vez se vuelve más sutil, y de nuevo nos va a tentar con acariciar el deseo de esta última opción de alcanzar la felicidad, con lo cual volveríamos a caer en el mismo mecanismo de siempre, de buscar una ganancia en vez de una pérdida de la idea o intención de obtener cosa alguna. A nuestro órgano operativo del intelecto, el hemisferio izquierdo del córtex cerebral, realizar lo anteriormente expuesto le resultará contrario a las operaciones normales que realiza ordinariamente para buscarse la vida, por eso resulta muy difícil desbloquearlo y permitir el paso de la energía también al hemisferio derecho y a las otras partes més profundas (tálamo, hipotálamo y cerebro interno en general, por lo que de tales partes esenciales de nuestro cuerpo no somos apenas conscientes. La forma más lógica y natural de despertarlas a nuestra consciencia será alejándonos del uso del hemisferio izquierdo, es decir dejando de lado el exceso de pensamientos que nos pasan por la cabeza continuamente. En esto consiste el continuo ejercicio que realizamos de intentar meditar. A medida que nos vayamos acercando a la ausencia de pensamientos, la energía vital (chi) se irá viendo mas desbloqueada, y podrá circular mejor por todo el cuerpo etéreo y por el organismo físico. Se dice, y está comprobado, que la mayor parte de las neuronas de nuestro cerebro no están suficientemente activadas. La causa de ello no es otra mas que la que he explicado. El “Satori” o despertar pleno de la consciencia, requiere haber llegado a ese estado de no pensamiento o vacío, que es el único a su vez que permite activar plenamente todas las neuronas, que en la vida normal no utilizamos . Entonces y solo entonces experimentará su Verdadera Naturaleza, no substancial ni personal y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y libertad...

De todas formas todo lo anterior no deja de poder tener algo de conceptual. El pequeño ego residual suele coexistir con la elevada consciencia de Ser, incluso en una mente que cree haber llegado a la no mente, pues la “no mente” bien puede ser un concepto que inconscientemente se le haya metido en la cabeza, pero que en realidad solo es eso, una aproximación intelectual, més o menos lograda, pero no un estado de conciencia cualitativamente distinto. 

En el plano de la salud física del resto del cuerpo, al quedar liberados de la mente discriminativa y emocional, las dos polaridades yin-yang quedarian disueltas, por lo que la energia biológica (chi) fluiría por todos los meridianos, e iria a todos los órganos equilibrada y armónicamente. Esto a su vez causaría el equilibrio del sistema nervioso neurovegetativo en sus dos componentes, simpático-parasimpático, que es la condición neurofisiologica de la buena salud. En el plano del psiquismo, el meditante siente como si le hubiesen inmovilizado completamente y como si fuese respirado con una cadencia fija y muy alargada en la espiración. Esto último recuerda la respiración embrionaria, del feto en el vientre de su madre, que en el adulto se llamaría embriónica.

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