- Consume, al menos, tres piezas de fruta al día.
- Elige cereales integrales o que contengan avena, centeno o trigo.
- Incluye 2 raciones de verduras al día.
- Aficiónate a caldos y sopas de verduras.
- Añade a tus ensaladas un poco de fruta seca tipo ciruelas, orejones y uvas pasas.
- Cambia la sopa de pasta por la de avena.
- Come de 2 a 3 veces por semana algún tipo de legumbres entre guisantes, garbanzos, habas y lentejas.
- Consume fruta en crudo, en vez de en zumos.
- Cambia los cereales refinados por los de grano entero.
- Haz recetas con verduras que se puedan comer crudas, así puedes aprovechar todo su contenido en fibra y vitaminas.