Hoy os damos varias de las claves.
VIVIR mejor
Las cerezas, el ingrediente de la semana
VIVIR mejor
Receta: Tosta de revuelto de bacalao
Masticar adecuadamente cuando comemos es una muy buena inversión en nuestra salud.
Hoy en día es muy frecuente que se coma rápido, se mastique poco y se preste poca atención al acto de comer en general.
Hemos hablado y hablaremos más veces de la importancia de comer consciente, con atención, pero hoy nos vamos a centrar concretamente en la masticación para contaros por qué es tan importante.
Al masticar adecuadamente conseguimos triturar mejor los alimentos ingeridos y esto implica una mejor absorción de los nutrientes a nivel intestinal.
En la boca comienza la digestión con la predigestión y aquí entra en juego la saliva al mezclarse con los alimentos y así sus enzimas comienzan a trabajar.
Al comer rápido y apenas masticar dificultamos en general la digestión haciendo el proceso más lento y trabajoso, se producirán más fermentaciones y como resultado gases, pesadez, hinchazón…
Con respecto a la glucosa, cuando comemos rápido ésta entra en sangre mucho más rápido y como consecuencia:
• Mayor liberación de insulina que supone un esfuerzo para el páncreas.
• Aumenta las probabilidades de conversión en grasa corporal.
Otra ventaja en relación con las hormonas cuando comemos despacio y masticamos adecuadamente:
• Aumenta la CCK, hormona relacionada con la saciedad.
• Disminuye la Grelina, hormona que estimula el apetito en el cerebro.
Con respecto a la saciedad es importante saber que nuestro cerebro recibe más la señal de saciedad en función del tiempo que llevamos comiendo que de la cantidad, se estima que hacia los 20-30 minutos se puede percibir la señal tope de saciedad, por lo que al comer rápido y sin masticar (que también estimula la saciedad) podremos terminar comiendo más cantidad de la que realmente necesitamos.
Por todos estos motivos os animamos a que valoréis cómo coméis y en caso de que apenas mastiquéis, sería estupendo que comenzaseis a entrenar para ir mejorando.
