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El secreto de un plato saludable

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Calcular las proporciones de los alimentos en el plato es clave para asegurarse una comida sana

En 2011 en el Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard crearon un nuevo formato de guía alimentaria denominado “My Plate”. 

Esta guía representa de forma gráfica y visual la proporción en la que deberíamos incluir los distintos grupos de alimentos en nuestro plato y nos gusta mucho por lo práctica y sencilla que es.

El grupo de las verduras y hortalizas son las protagonistas del plato, debiendo ocupar la mitad de éste. La recomendación es consumirlas 2 veces al día, siendo una de ellas preferiblemente en crudo (ensalada, sopa fría como gazpacho…) para que conserven intactas todas sus propiedades. 

La otra mitad del plato se encuentra dividida en dos partes: 

Un cuarto estaría ocupado por las proteínas, de origen animal (huevo, pescado, carne...) y de origen vegetal (legumbres, frutos secos…).

El otro cuarto correspondería al grupo de los hidratos de carbono (tubérculos como la patata, cereales integrales como el arroz, la pasta…) 

Se hace referencia también a otro grupo muy importante, las frutas. Debemos consumirlas mínimo 3 veces al día, variar  y escoger preferiblemente las de temporada y producción local. Existen un sinfín de formas de incluirlas en nuestra alimentación: en compota, en tostadas, en ensaladas, en batidos, en yogures, en gachas, en galletas y bizcochos saludables… 

Al mismo tiempo, se tiene en cuenta la importancia de incorporar en nuestra dieta grasas saludables como es el aceite de oliva virgen extra, pero también hay otros alimentos como el aguacate, los frutos secos (nueces, avellanas…), las semillas (lino, sésamo…) o el aceite de coco. 

También hace referencia a las bebidas, se propone como mejor fuente de hidratación el agua, pero también podemos incluir opciones como: agua con gas, infusiones, café natural, bebidas vegetales e incluso las sopas y caldos. 

Esta manera de gestionar nuestros platos podemos adaptarla a nuestra rutina en comidas principales. Nos permite disfrutar de los platos que nos gustan sin necesidad de restringir, tan sólo adaptándolos con las proporciones adecuadas según cada grupo de alimentos y eligiendo los de mayor calidad.

Observa: comienza preparándote los platos con los ingredientes por separado para ir viendo el volumen que ocupan y así saber cómo mejorar.

Investiga: busca recetas nuevas, cómo transformar tus recetas favoritas para hacerlas más saludables…

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