Cinco plantas colgantes de interior para decorar tu hogar

Hedera helix.

La jardinería de interior está muy ligada con disciplinas como la decoración y el diseño de interiores, al igual que estas cinco plantas colgantes, que llenan espacios con tonalidades verdes y amarillas que encajan a la perfección con cualquier estilo

La decoración y la jardinería son dos hobbys que van muy de la mano, aficiones que pueden ser trabajos también pero siempre que se piense en decorar se tienen en cuenta miles de elementos vegetales que acompañan a cualquier estilo de decoración. Dicho esto, existen muchos tipos de planta que se adecúan al estilo de cualquier vivienda, plantas coloridas, con vistosas flores, con una enorme gama de verdes en sus hojas, con diseños y patrones particulares y luego están las colgantes, que sumado a estas opciones, está su belleza natural al colocarlas en altura.

Las plantas colgantes tienen un porte muy especial, solo hay que ver su caída en cascada para, automáticamente, conocer un lugar que embellecerían a la perfección. Ya sea dejando caer sus tallos por una estantería o en un macetero de pared adornando cual pintura de uno de los mejores artistas, las plantas colgantes tienen varias páginas en cualquier cuaderno de decoración. Además de su belleza natural, también hay varias que tienen unos cuidados mínimos, adaptándose a los menos mañosos con la jardinería. Por esta razón y para mostrar sus grandes capacidades, os traigo una lista con algunas de mis favoritas.

Rhipsalis

Si buscas una tupida manta de un color verde claro que cubra una superficie con sus tallos, la rhipsalis es tu mejor opción. Esta variedad de la peperomia es una planta colgante que crece sobremanera, llegando a producir tallos de hasta dos metros. Sus hojas son de lo más particulares, pues conforman cilindros suculentos que se asemejan a algunas especies de algas, sin embargo, su riego es bastante moderado, si se encuentra en un entorno con una humedad alta, con un riego a la semana será más que suficiente.

Cinta

La cinta, de nombre científico Chlorophytum comosum y también conocida como malamadre, es una especie que no llega a colgar tanto como la rhipsalis, pero tiene unos cuidados de lo más sencillos. Además, a poco que se encuentre en unas condiciones adecuadas, comenzará a producir hijos a través de unos tallos que “lanzará” lejos de la maceta, de ahí su apodo de “malamadre”.

Filodendro

Las hojas del filodendro tienen un precioso tono verde claro que transmite un aire tropical. Sus ramas son trepadoras, pero sin un tutor sobre el que escalar caerá a modo de planta colgante. Esta planta, sin embargo, es muy venenosa, por lo que si tenemos mascotas o niños pequeños, será mejor evitarla. En caso contrario, es una excelente adquisición, solo necesita mucha luz y que su sustrato esté constantemente húmedo, que no encharcado.

Hiedra

La hiedra es el nombre que reciben muchas variedades de plantas trepadoras, pero en esta ocasión me refiero concretamente a la Hedera helix una planta de cuidados muy sencillos y con unas hojas variegadas que ofrecen un contraste entre tonos verdáceos y amarillos. Deberemos ubicarla en un lugar que no tenga luz directa, pues la hiedra prefiere lugares parcialmente sombreados.

Esparraguera de los floristas

No es la planta más colgante de la lista ni mucho menos, pero con suficiente crecimiento sus tallos no lograrán soportar su propio peso y comenzarán a caer. Una planta con unas hojas que forman como una maraña sedosa. Requieren que su sustrato requiere estar constantemente húmedo. Necesita una buena fuente de luz pero que no directa. Si sus brotes jóvenes comienzan a amarillear y secarse quiere decir que necesita luz o que la temperatura es demasiado alta.


Consultorio

Este árbol de la huerta está enfermo, tiene las hojas muy arrugada. ¿Qué podría ser?

Gracias por su consulta. Por lo que se puede apreciar en la foto y por cómo describe el problema, parece que su árbol ha sido afectado por la cloca, también conocida como abolladura o lepra, una enfermedad causada por el hongo Taphrina deformans. Esta enfermedad provoca que las hojas sufran estas malformaciones que afectan gravemente a los procesos fotosintéticos de las mismas, además de causar deterioros en la producción de fruto y al vigor de la planta en general.

Una vez que la planta está afectada por la enfermedad no hay solución que logre revertir los síntomas. Las únicas soluciones contra esta enfermedad son los métodos preventivos, que logran evitar que esta enfermedad se asiente en los frutales que afecta, principalmente los melocotoneros, los paraguayos,  los nectarinos y los ciruelos. Una vez infectan un espécimen no hay una cura que muestre un efecto claro.

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