Caracolas, oro y seda para superar las depresiones postvacacionales

Un hombre se somete a un tratamiento en un balneario.
Los balnearios y centros de masaje de Badajoz ofrecen atractivos tratamientos con oro, caracolas o seda para entrar de nuevo en la rutina laboral con fuerza y evitar que el síndrome postvacacional sea tan severo como cada año.
Los principales usuarios de estos espacios no son sólo aquellos que sufren molestias musculares, las presiones mentales atraen cada día a más pacientes, pero sobre todo a esos que tienen edades comprendidas entre los 20 y 45 años.

Según explicó la directora del Balneario el Raposo (Badajoz), Begoña Ibáñez, una de las técnicas que triunfará durante este mes de septiembre será el tratamiento con los sacos de pindas llenos de canela, nuez moscada y carcadomo que facilitan, gracias a su frotamiento contra el cuerpo, que, durante algo más de media hora, nos olvidemos de los buenos momentos de las vacaciones, pero también de la vuelta al trabajo.

Algo similar ocurre con las caracolas. Tras iniciar el tratamiento con el pase de dos plumas por todo el cuerpo, la masajista aplica una resina de canela que permite el perfecto deslizamiento de las caracolas o fulares de seda.

Los estiramientos musculares se ven acompañados además de las envolturas de oro marino. El paciente es embadurnado durante una hora con este producto que revitaliza nuestra piel, pero también 'la hidrata y tonifica'.

La relajación a la que se llega con estos masajes se convierte en nuestra principal aliada para regresar con entusiasmo a nuestros quehaceres diarios. Para acelerar este estado anímico, los profesionales de este centro también cuidan otros detalles como los olores o música.

Por otra parte, los clientes que superan los 45 años optan por los tratamientos más convencionales. Entre ellos se encuentran los masajes de parafina, parafango o los baños en la piscina climatizada.

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