La misa exequial por el cardenal y arzobispo emérito de Valencia, Agustín García-Gasco, muerto en Roma el pasado domingo, donde se encontraba para asistir a la beatificación de Juan Pablo II, ha sido oficiada hoy en la catedral de Valencia por más de 300 sacerdotes, 31 obispos y seis cardenales.
La ceremonia ha sido presidida por el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, y ha contado con la presencia de las máximas autoridades de la Comunidad Valenciana, encabezadas por el president de la Generalitat, Francisco Camps, y la presidenta de Les Corts, Milagrosa Martínez.
El féretro con los restos mortales del cardenal ha sido portado a hombros en procesión -por doce sacerdotes que recibieron la ordenación de manos de García-Gasco- desde el Palacio Arzobispal, donde ha estado abierta hasta las 16.00 horas su capilla ardiente, a la Catedral, donde se ha celebrado el entierro.
La comitiva ha entrado a la Catedral por la puerta de los Hierros y ha depositado el ataúd ante el presbiterio, momento en el que se ha iniciado la ceremonia.
En su homilía, el arzobispo Osoro ha reconocido sentirse 'consternado por el fallecimiento de García-Gasco', si bien ha apuntado: 'No podemos quedarnos en esta consternación', ha recordado algunos pasajes bíblicos sobre la resurrección de Cristo y ha destacado el papel de la fe y el bautismo.
En referencia al cardenal fallecido, ha afirmado que 'en quien ha vivido para amar y entregarse' se 'hacen verdad' las palabras del Apocalipsis 'dichosos los muertos que mueren en el Señor', y ha orado para que 'le alcance la fuerza de la resurrección'.
Concluida la eucaristía, el féretro ha sido conducido de nuevo en procesión a la capilla de San José, situada en uno de los laterales de la nave principal, donde ha recibido sepultura en una tumba excavada a la que ha sido descendido con cuerdas.
Los bancos y laterales de la Catedral han sido ocupados por completo por centenares de fieles y autoridades autonómicas, provinciales y locales valencianas, entre los que se encontraban políticos, militares, empresarios y representantes del mundo artístico, cultural y deportivo.
El féretro con los restos mortales del cardenal ha sido portado a hombros en procesión -por doce sacerdotes que recibieron la ordenación de manos de García-Gasco- desde el Palacio Arzobispal, donde ha estado abierta hasta las 16.00 horas su capilla ardiente, a la Catedral, donde se ha celebrado el entierro.
La comitiva ha entrado a la Catedral por la puerta de los Hierros y ha depositado el ataúd ante el presbiterio, momento en el que se ha iniciado la ceremonia.
En su homilía, el arzobispo Osoro ha reconocido sentirse 'consternado por el fallecimiento de García-Gasco', si bien ha apuntado: 'No podemos quedarnos en esta consternación', ha recordado algunos pasajes bíblicos sobre la resurrección de Cristo y ha destacado el papel de la fe y el bautismo.
En referencia al cardenal fallecido, ha afirmado que 'en quien ha vivido para amar y entregarse' se 'hacen verdad' las palabras del Apocalipsis 'dichosos los muertos que mueren en el Señor', y ha orado para que 'le alcance la fuerza de la resurrección'.
Concluida la eucaristía, el féretro ha sido conducido de nuevo en procesión a la capilla de San José, situada en uno de los laterales de la nave principal, donde ha recibido sepultura en una tumba excavada a la que ha sido descendido con cuerdas.
Los bancos y laterales de la Catedral han sido ocupados por completo por centenares de fieles y autoridades autonómicas, provinciales y locales valencianas, entre los que se encontraban políticos, militares, empresarios y representantes del mundo artístico, cultural y deportivo.