Al receptor no se le podían colocar prótesis por estar amputado por encima de las rodillas

Cavadas realiza en Valencia el primer trasplante de piernas

El doctor Pedro Cavadas, en una comparecencia tras una intervención anterior. (Foto: ARCHIVO)
El doctor Pedro Cavadas -el primero en realizar un trasplante de cara, mandíbula y lengua, y también el primero en llevar a cabo un trasplante de dos antebrazos a una mujer- realizó en el Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia el primer trasplante bilateral de piernas que se hace en el mundo, según confirmó la Consejería de Sanidad. La intervención, en la que participó el equipo de profesionales del hospital público La Fe, comenzó el domingo por la noche y finalizó ayer por la mañana, aunque no se informó sobre el número exacto de horas que duró la intervención.
Es la primera vez en el mundo que se realiza un trasplante de estas características y para llevarlo a cabo fue fundamental la coordinación entre la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), los equipos de profesionales de la Fundación Pedro Cavadas y de la Generalitat Valenciana. Se trata de una intervención de 'alta complejidad' y sobre la que no existen antecedentes ni experiencias previas, por lo que Cavadas considera necesario esperar al menos 48 horas para proporcionar más datos.

La Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud autorizó el 26 de mayo de 2010 este trasplante para el que, al tratarse de una técnica experimental, la ley exige un informe previo de la ONT para cada paciente. Por esa razón, cada informe positivo es para un paciente en concreto y no para un hospital o equipo médico. El coordinador de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, explicó que el receptor seleccionado y para cuya solicitud se daba el informe favorable tenía amputadas ambas piernas por encima de las rodillas, lo que complicaba la posibilidad de llevar prótesis al no tener longitud de estas extremidades suficiente para aguantarlas. El receptor es un joven que no tenía otra posibilidad de solucionar su problema y que cumplía todos los requisitos médicos, éticos y legales, además de haber asumido los riesgos que conlleva tener una medicación antirechazo de por vida.

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