El día de San Patricio se ha convertido en una tradición festiva en todo el mundo. Te contamos de dónde viene realmente, quién era el San Patricio histórico y cómo celebrar el día como un verdadero irlandés
Que san Patricio es el patrón de Irlanda lo sabe casi todo el mundo. Que la fiesta que se celebra en su día es una apoteosis del color verde y de la cerveza (con permiso del Oktoberfest), también. Lo que quizá no es tan conocida es la historia que une a este santo del siglo V, que fue pastor antes de patriarca de la Iglesia, con los famosos desfiles de la Quinta Avenida de Nueva York.
El personaje histórico, ¿Quién es Patricio?
Patricio, o Padraig, en su nombre original gaélico, no nació en Irlanda. Llegó allí a los 16 años, arrancado de su tierra natal de Britania por piratas, esclavizado y convertido en pastor duante seis años. Consigue escapar en un barco a la Bretaña francesa, y estudia el cristianismo durante unos años. Acabará siendo enviado de nuevo a la Isla Verde, esta vez como misionero, seguramente por su dominio del idioma local, aprendido en su cautiverio.
Se le considera el introductor del cristianismo en Irlanda, y por ello se convirtió en su santo patrón. Todo un mérito considerando que en el siglo V el cristianismo tenía en la isla a figuras tan carismáticas como San Brandán, el mítico santo que navegó por el océano desconocido, o San Columba, un carismático monje que llevó a sus seguidores a la batalla por la propiedad de un códice, y que quizá cuente con más cadáveres en sus espaldas que milagros en su haber.
Pero a San Patricio se le adjudica el ser el primer irlandés en abrazar el trébol como símbolo (lo usó de metáfora para explicar el misterio de la Santísima Trinidad), haber expulsado a las serpientes de Irlanda, o haber comenzado él mismo la tradición de "remojar en whiskey" el día de su propia onomástica, como forma de "esconxurar" a un demonio que se alimentaba de la tacañería de una mesonera.
Los primeros desfiles
Durante muchos siglos, la fiesta de San Patricio fue una celebración propiamente religiosa, sólo que algo más empapada alcohol de lo habitual. Fueron los emigrantes irlandeses en norteamérica en el siglo XVIII los que comenzaron a celebrar los primeros desfiles, con mucha más elaboración que en la propia patria del santo. A finales del siglo XX la globalización hizo el resto, y la abundante diáspora irlandesa acabó popularizando esta festividad como un acto lúdico a lo ancho del mundo.
Desde entonces cada año los organizadores intentan superarse, incluyendo nuevas asociaciones y más pompa en sus desfiles, en una tradición que ha llevado incluso a la Real Banda de Gaitas de Ourense a ser el centro de interés en las avenidas neoyorquinas.
¿Cómo celebrar propiamente el San Patricio?
Las dos costumbres más universales en el día nacional de Irlanda son el vestir de verde y adornarse con tréboles. El verde, por cierto, tiene un guiño oculto a Galicia: dice la leyenda que el primero en llamarle a Irlanda "la Isla Verde" fue Íth, uno de los legendarios fundadores de Irlanda, cuando divisó entre la bruma las lejanas tierras irlandesas, encaramado a la cima de la Torre de Hércules.
El anteriormente mencionado brindis al santo se llama "ahogar el trébol" y consiste en colocar una hoja de esta planta en el fondo de un vaso y rellenarlo de whiskey, cerveza o hidromiel, alzando la copa a la salud de San Patricio.
Además, tradicionalmente, se celebran bailes y sesiones de música tradicional, llamadas céilithe, y se pone énfasis en el uso del idioma irlandés, y en otras tradiciones que tengan relación con la cultura celta, como el fútbol gaélico. En los últimos años, se ha intentado relacionar el verde de Patricio con la protección de la cultura y el patrimonio irlandés, pintando, iluminando o tiñendo de verde distintos monumentos en todo el mundo en homenaje la diáspora que llegó de la isla de San Patricio.
