El IVI desarrolla una nueva técnica de biochips de semen para el diagnóstico de la infertilidad masculina

Unos biochips analizarán la calidad del semen.
El Instituto Universitario de Infertilidad IVI ha desarrollado una nueva técnica de investigación bioinformática, los biochips de semen, que permite localizar la alteración de determinados genes en los espermatozoides con el fin de diagnosticar la infertilidad en varones con mayor precisión de lo que se hacía hasta ahora, cuya importancia ha sido reconocida con su publicación en la prestigiosa revista norteamericana 'Fertility and Sterility' y con el premio otorgado por la Sociedad Americana de Andrología.
El Instituto Universitario de Infertilidad IVI ha desarrollado una nueva técnica de investigación bioinformática, los biochips de semen, que permite localizar la alteración de determinados genes en los espermatozoides con el fin de diagnosticar la infertilidad en varones con mayor precisión de lo que se hacía hasta ahora, cuya importancia ha sido reconocida con su publicación en la prestigiosa revista norteamericana 'Fertility and Sterility' y con el premio otorgado por la Sociedad Americana de Andrología.

El equipo investigador, formado por los doctores Sandra García, Marcos Meseguer y Nicolás Garrido, ha desarrollado con los biochips de semen un modelo de semen efectivo y sano sobre el que se compara el semen que no logra fecundar para saber dónde está el problema a nivel génico del espermatozoide, según informaron fuentes de la institución médica en un comunicado.

De esta forma, 'se comparan distintas situaciones clínicas dependiendo de la capacidad para lograr una gestación o no, y así se determinan los perfiles de expresión génica relevantes en los distintos estados de infertilidad masculina', explicó el doctor Meseguer.

El análisis clásico del semen, que permite realizar un buen diagnóstico, se hace midiendo la cantidad de espermatozoides que hay en una muestra de semen y su movilidad. Así, se determina que, en ocasiones, pese a que cumplen con los criterios de normalidad, no logran un embarazo y, en el caso contrario, muestras menos óptimas son capaces de lograrlo.

Para Meseguer, se trata de 'un claro indicador de que en la fertilidad masculina existen otros factores independientes de los que muestra el análisis básico del semen que pueden ser usados como diagnóstico y aportar indicios para el diseño de nuevas terapias en el varón o en la propia muestra de semen'.

En la infertilidad masculina, salvo los casos más severos con pocos o ningún espermatozoide, no existe otra causa clara descrita por la cual un eyaculado sea incapaz de llevar a cabo una correcta gestación y nacimiento de un bebé. Por ello, con esta nueva técnica se podrán diagnosticar las posibilidades de éxito reproductivo de una muestra de espermatozoides analizando la totalidad de su genoma y sabiendo qué genes son los que están 'trabajando', los que 'se expresan'.

Para realizar el estudio ha sido fundamental el avance de las técnicas de biología molecular como los biochips o chips de ADN, que han sustituido el análisis gen a gen que se utilizaba hasta ahora. Con esta tecnología, pueden estudiarse los perfiles de expresión de los genes de cualquier tipo celular o tejido y, en el caso del espermatozoide, sirve para revelar la alteración en la expresión de determinados genes en varones infértiles que se manifiestan con normalidad en hombres con fertilidad probada.

El estudio se inició hace tres años en 40 varones valencianos, agrupados según su capacidad de embarazar por métodos naturales, con reproducción asistida o incapaces incluso mediante estos métodos. Con los resultados obtenidos se podrá realizar un informe más individualizado del problema de cada varón y, por tanto, un diagnóstico y tratamiento a la medida de cada paciente, ya que se sabrá previamente si una muestra de semen podrá o no iniciar una gestación.

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