El 'llenazo' de Munilla

El hasta ahora obispo de Palencia, José Ignacio Munilla (i), saluda a un grupo de feligreses tras la toma de posesión de su cargo como prelado donostiarra. (Foto: Juan Herrero)
José Ignacio Munilla, al que sigue la polémica desde su designación como nuevo obispo de San Sebastián, ha conseguido abarrotar hoy la catedral del Buen Pastor en su toma de posesión y cosechar un larguísimo aplauso, que él mismo interrumpió pasados ocho minutos.
Feligreses guipuzcoanos y otros muchos llegados de Palencia, su ya ex diócesis, han desagraviado así a un prelado al que se considera alejado de las corrientes más progresistas de la Iglesia y cuyo nombramiento ha causado 'dolor e inquietud' a la mayoría de los párrocos de Guipúzcoa, el 77% de los cuales firmó el mes pasado un manifiesto en el que aseguraban que 'en modo alguno' es la persona 'más idónea' para desempeñar este cargo.

Ante este lleno total, que no logró hace una semana su predecesor, Juan María Uriarte, en su Eucaristía de despedida, Munilla se ha atrevido incluso a 'distender' la solemne ceremonia con un chiste, que él ha llamado 'relato gracioso' y que han reído sus fieles.

El nuevo obispo ha contado la historia de un hombre muy débil y enfermo, que solicitó audiencia con el Papa para pedirle que rezase por él y que, cuando se vio finalmente ante el Pontífice sólo acertó a decir '¡Papa! ¡pupa!', tras haber escuchado con reiteración en diferentes controles que fuera breve porque su Santidad estaba muy ocupado.

Y ello para ilustrar sus palabras anteriores, sobre su sospecha de que las 'expectativas' de sus fieles son 'superiores' a lo que cabe esperar de él, que por dos veces se ha presentado a su nueva diócesis 'pobre y humilde'.

Constantes interferencias se han colado en la megafonía del templo, lo que ha hecho que las palabras del nuevo obispo se cruzasen en ocasiones con otras voces, carraspeos e incluso con el eslogan de una cuña publicitaria.

La nieve ha impedido la participación en la solemne ceremonia de una decena de obispos que sí tenían previsto acudir, como los de Huesca, Lleida, León y Calahorra, por lo que la presencia de mitrados ha sido finalmente de una treintena.

Sí han conseguido sortear las malas condiciones de las carreteras tres autobuses y un microbús procedentes de Palencia, de donde han llegado también algunas de sus autoridades, como el alcalde, Heliodoro Gallego (PSOE), y el presidente de la Diputación, Enrique Martín (PP).

Arantza Quiroga (PP), presidenta del Parlamento Vasco, también ha asistido, al igual que el pasado sábado a la despedida del obispo saliente, pero no responsables de la Diputación de Guipúzcoa, que gobiernan PNV y Hamikabat y que sí enviaron representación oficial a la Eucaristía de hace una semana.

El nuncio del Papa, Renzo Fratini, venía con el discurso escrito y ha saludado a dos ausentes, al alcalde donostiarra, Odón Elorza (PSE), y al obispo emérito de San Sebastián José María Setién, que en 1986 ordenó sacerdote a Munilla en este mismo templo.

A lo largo de la ceremonia, de 115 minutos, seis personas -cuatro mujeres y dos hombres- se han desmayado y han tenido que ser atendidas por miembros de la DYA, que se encontraban en el exterior junto a una ambulancia.

También ha habido presencia de la Ertzaintza, escasa, aunque antes del inicio de la Eucaristía para controlar el desarrollo de la concentración convocada por la coordinadora 'TransMarikaBolloFeminista' bajo el lema 'Vuestro cielo es nuestro infierno'.

'Munilla, nos sobran agresores, largate' y 'Más Ellacurías, menos Munillas' han sido algunas de las consignas coreadas por miembros de asociaciones de gays y lesbianas, que creen que el nuevo obispo llega a San Sebastián a 'sacar dientes y cuchillos'.

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