El empresario almeriense Antonio Asensio llegó ayer a Santiago tras recorrer descalzo durante 68 días el camino de Almería a Compostela para cumplir su promesa si se salvaba su madre, diagnosticada de cáncer terminal y que, finalmente, padecía otra enfermedad. Asensio, de 47 años, que partió el pasado 5 de marzo desde Roquetas de Mar, llegó poco antes de mediodía caminando descalzo a la plaza del Obradoiro, tras completar 1.420 kilómetros. Al llegar, lo primero que hizo fue llamar a su madre para decirle que había cumplido la palabra comprometida.
Tiempo atrás, a su madre le diagnosticaron 'una metástasis en todo el esqueleto y le daban dos meses' de vida 'como mucho', comentó el empresario. 'Prometí que, si mi madre no moría, yo vendría descalzo desde Almería y, gracias a Dios, fue una especie de error médico y no era lo que le habían dicho', señaló.
Pese a ese error, él siguió adelante con su promesa. 'Cuando yo lo prometí no sabía que era una error. No está bien prometer una cosa, y una vez la consigues luego cumplir lo prometido. Por eso vine'. El empresario viajó acompañado por un equipo que elaboró un extenso reportaje sobre su aventura, incluido imágenes aéreas tomadas desde dos pequeños helicópteros sin ocupantes pilotados a distancia y equipados con cámaras de vídeo.
Asensio, con la satisfacción de cumplir su palabra, indicó que la etapa más dura fue en la provincia de Zamora, entre Tábara y Rionegro del Puente. 'Me desesperé, porque había lluvia y viento, iba con los pies mojados y me desanimó bastante. Llevaba bastantes días bajo la lluvia y fue durísimo y hasta aplastante psicológicamente, aunque físicamente hubo otras más duras', señaló.
'SIN AMPOLLAS'
Aseguró que sus pies acabaron con 'muchas heridas, pero no sangró ninguna', aunque, eso sí, se le 'clavaron muchos pinchos', pero 'ampollas ninguna´, eso es para los que hacen el camino calzados por el roce con la bota, porque el pie va cocido'. 'Cuando llevas el pie descalzo tienes mucho dolor, pero no se cuece el pie, por lo que no salen ampollas', señaló.
El empresario recorrió de sur a norte unos 1.420 kilómetros, según sus cálculos, del denominado sendero mozárabe o ruta de la plata, uno de los itinerarios del camino que conduce a Santiago de Compostela. Muchos de los peregrinos que se encontraban al pie de la Catedral se quedaron asombrados por la expectación suscitada por Asensio, que llegó rodeado de fotógrafos. Después, la gran mayoría mostraba su sorpresa al comprobar que iba descalzo tras dos meses de caminata.
Pese a ese error, él siguió adelante con su promesa. 'Cuando yo lo prometí no sabía que era una error. No está bien prometer una cosa, y una vez la consigues luego cumplir lo prometido. Por eso vine'. El empresario viajó acompañado por un equipo que elaboró un extenso reportaje sobre su aventura, incluido imágenes aéreas tomadas desde dos pequeños helicópteros sin ocupantes pilotados a distancia y equipados con cámaras de vídeo.
Asensio, con la satisfacción de cumplir su palabra, indicó que la etapa más dura fue en la provincia de Zamora, entre Tábara y Rionegro del Puente. 'Me desesperé, porque había lluvia y viento, iba con los pies mojados y me desanimó bastante. Llevaba bastantes días bajo la lluvia y fue durísimo y hasta aplastante psicológicamente, aunque físicamente hubo otras más duras', señaló.
'SIN AMPOLLAS'
Aseguró que sus pies acabaron con 'muchas heridas, pero no sangró ninguna', aunque, eso sí, se le 'clavaron muchos pinchos', pero 'ampollas ninguna´, eso es para los que hacen el camino calzados por el roce con la bota, porque el pie va cocido'. 'Cuando llevas el pie descalzo tienes mucho dolor, pero no se cuece el pie, por lo que no salen ampollas', señaló.
El empresario recorrió de sur a norte unos 1.420 kilómetros, según sus cálculos, del denominado sendero mozárabe o ruta de la plata, uno de los itinerarios del camino que conduce a Santiago de Compostela. Muchos de los peregrinos que se encontraban al pie de la Catedral se quedaron asombrados por la expectación suscitada por Asensio, que llegó rodeado de fotógrafos. Después, la gran mayoría mostraba su sorpresa al comprobar que iba descalzo tras dos meses de caminata.
