Un 34,8 por ciento de los españoles, unos 16,4 millones espectadores mayores de cuatro años, contactaron al menos un minuto con la programación especial que prepararon las cadenas de televisión con motivo de la visita del Papa a Santiago de Compostela y Barcelona, según los datos del panel de audiencia de televisión de Kantar Media. En total, se emitieron 31 programas especiales del paso del Santo Padre por España, con una duración de 58 horas, sin contar los informativos normales de cada fin de semana en las cadenas generalistas, de acuerdo a un estudio de Barlovento Comunicación.
Entre los momentos más vistos de la visita se encuentra la homilía del domingo en la Sagrada Familia, que fue seguida en directa por 870.000 personas (13,1 de la cuota de pantalla) en La 2 y por 156.000 personas (2,5 por ciento del 'share') en Intereconomía, a lo que hay que sumar las personas que lo vieron en la cobertura de algunas televisiones autonómicas. Sólo en Cataluña, un 24,2 por ciento de las personas vio en directo el domingo la dedicación de la Sagrada Familia por parte de Benedicto XVI por los canales TV3 y 3/24 de Televisió de Catalunya (TVC).
REPERCUSIÓN A LARGO PLAZO
La misa que ofreció Benedicto XVI en la plaza del Obradoiro registró otro pico de audiencia en La 2 (593.000 y 47% del 'share') e Intereconomía (199.000 y 1,6% del 'share'), así como en las autonómicas que ofrecieron esta homilía. Pese a estas cifras,la valoración de los hosteleros compostelanos tras la visita del Papa no es buena. De hecho, aseguraron que el sábado se produjo 'el peor de los escenarios previstos' tanto para hostelería como para el comercio en cuanto al resultado económico de la visita papal y afirmaron que Santiago parecía 'una ciudad muerta'. El presidente de la Asociación de Hostelería de Compostela, José Antonio Liñares, explicó que el resultado de la visita para el sector fue 'muy sorprendente en el sentido negativo'.
'El anuncio de la visita afectó muy positivamente y seguramente tendrá una gran repercusión a largo plazo al ver por televisión imágenes espectaculares de la ciudad', destacó Liñares que, sin embargo, apuntó que en 'impacto directo' el resultado fue negativo. Así, se manifestó 'sorprendido' por la 'poca afluencia de visitantes' y el 'exceso de medidas de seguridad', lo que provocó que hubiese 'más fuerzas de seguridad que vecinos en la calle', que la población 'se asustase' y que Santiago 'por momentos pareciese una ciudad muerta'.
'En las pantallas instaladas para seguir la ceremonia no había ni mucho menos un lleno', señaló Liñares, que cifró la ocupación final de los hoteles compostelanos en un 70 o 75 por ciento, incluso por debajo del 80% que se había cifrado unos días antes. En este sentido, recordó que esta ocupación está también representada por medios de comunicación que se alojaron ese fin de semana en hoteles gallegos y el propio personal de seguridad. 'Quizás lo sobrevaloramos en un primer momento, todos lo sobrevaloramos', sentenció.
REPERCUSIÓN A LARGO PLAZO
La misa que ofreció Benedicto XVI en la plaza del Obradoiro registró otro pico de audiencia en La 2 (593.000 y 47% del 'share') e Intereconomía (199.000 y 1,6% del 'share'), así como en las autonómicas que ofrecieron esta homilía. Pese a estas cifras,la valoración de los hosteleros compostelanos tras la visita del Papa no es buena. De hecho, aseguraron que el sábado se produjo 'el peor de los escenarios previstos' tanto para hostelería como para el comercio en cuanto al resultado económico de la visita papal y afirmaron que Santiago parecía 'una ciudad muerta'. El presidente de la Asociación de Hostelería de Compostela, José Antonio Liñares, explicó que el resultado de la visita para el sector fue 'muy sorprendente en el sentido negativo'.
'El anuncio de la visita afectó muy positivamente y seguramente tendrá una gran repercusión a largo plazo al ver por televisión imágenes espectaculares de la ciudad', destacó Liñares que, sin embargo, apuntó que en 'impacto directo' el resultado fue negativo. Así, se manifestó 'sorprendido' por la 'poca afluencia de visitantes' y el 'exceso de medidas de seguridad', lo que provocó que hubiese 'más fuerzas de seguridad que vecinos en la calle', que la población 'se asustase' y que Santiago 'por momentos pareciese una ciudad muerta'.
'En las pantallas instaladas para seguir la ceremonia no había ni mucho menos un lleno', señaló Liñares, que cifró la ocupación final de los hoteles compostelanos en un 70 o 75 por ciento, incluso por debajo del 80% que se había cifrado unos días antes. En este sentido, recordó que esta ocupación está también representada por medios de comunicación que se alojaron ese fin de semana en hoteles gallegos y el propio personal de seguridad. 'Quizás lo sobrevaloramos en un primer momento, todos lo sobrevaloramos', sentenció.
