En España son 57 las categorías de los establecimientos, lo que piensan 'resta mucha credibilidad'

El turismo rural reclama una normativa común en el sector

Un grupo de personas realiza una ruta a caballo, una actividad que ofrecen muchos alojamientos rurales. (Foto: ARCHIVO)
En España existen 57 categorías distintas para los alojamientos de turismo rural, una situación que, según el sector, resta credibilidad a su actividad, por lo que pide al Gobierno que impulse una normativa común a todas las comunidades autónomas.
El presidente de la Asociación Española de Turismo Rural (Asetur), Jesús Marco, afirmó ayer que contar con una clasificación común es la prioridad para un sector que vive las 'ocurrencias' de cada autonomía. Y como ejemplo, cita que en los alojamientos gallegos se clasifican por el número de vieiras, en Andalucía por el de olivas, en Extremadura por el de bellotas, y en Castilla y León, por llamadores.

Esta situación es aún más perjudicial, en opinión de Marco, para los turistas extranjeros, cada vez más habituales en este tipo de turismo, y que 'no entienden las diferencias entre una casona, un cigarral, un pazo o un cortijo'.

En este sentido, Asetur agradece el apoyo del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, quien durante la celebración de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) se comprometió a trabajar por que el turismo rural tuviera normas más homogéneas. Sin embargo, admite que 'no es nuestro ministro', por lo que continúan a la espera de poder mantener un encuentro con el titular de Industria, Turismo y Comercio, José Manuel Soria, para avanzar en una solución que pueda satisfacer a un sector del que, dijo, viven miles de familias en España.


CERTIFICACIONES

Para abordar este problema, desde Asetur se ha puesto en marcha un programa de clasificación por espigas que ya utiliza el 25 % de sus socios y que es 'mucho más barato' que la certificación de la 'Q' de calidad, que dice Marco aconsejan desde la Secretaría de Estado de Turismo. Con una normativa común se facilitaría la lucha contra los alojamientos ilegales, un problema 'muy importante', porque según sus estimaciones, el número de alojamientos que no están registrados oficialmente es igual al de los que cumplen con la normativa.

En cuanto a la evolución del sector, Marco cree que este año 'será un poco más flojo que el anterior', aunque espera que el número de pernoctaciones repunte con el total del verano y los 'puentes' del otoño. Las reservas a última hora, la bajada de los precios y las ofertas son algunas de las características de esta temporada, 'que será dura, pero no catastrófica'.

La clave, según el responsable de Asetur, es diversificar e innovar en la actividades complementarias que se ofertan a los usuarios del turismo rural, que abarcan desde programas en la naturaleza y culturales a aquellos vinculados con productos tradicionales como el vino o el aceite, según los casos y la ubicación geográfica de los establecimientos.

'La gente viene a vivir cosas sorprendentes y a que sus hijos entiendan qué es el medio rural, nuestro medio rural', por lo que lo más importante 'es conseguir que se acerquen a nuestra realidad', con actividades tan diversas como el turismo vinculado a la trashumancia o la producción de pan artesano, precisa.

La formación de los propietarios de los alojamientos, sobre todo en el uso de las nuevas herramientas de la comunicación, también es 'fundamental' para Asetur.

Según los últimos datos del INE, España cuenta con 15.786 alojamientos rurales, un 2,68 % más que hace un año, y el sector da empleo a 22.637 personas.

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