El retratista de Putin que convirtió su castillo en un piso medieval

photo_camera El presidente ruso, Vladimir Putin

Nikas Safrónov, el pintor que retrató a Putin como Francisco I de Francia, siempre quiso vivir en un castillo medieval, por lo que no dudó en convertir su céntrico piso de Moscú en morada de caballeros.

El excéntrico Nikas Safrónov, el pintor ruso que retrató a Vladímir Putin a imagen y semejanza de Francisco I de Francia, siempre quiso vivir en un castillo medieval, por lo que no dudó en convertir su céntrico piso de Moscú en morada de caballeros.

"Esta es la cama de María Antonieta, del siglo XV. Sobre ella durmió en su juventud. También Sophia Loren, cuando vino a verme", cuenta Safrónov a Efe en un recorrido por su vivienda que más parece una visita guiada por los aposentos de un palacio real.

Un sillón del siglo XIII, un armario del XV, la mesa de Napoleón, "en la que planeó el ataque contra España y Rusia"; la columna de una fuente de Verona, "del siglo XIII, la que se encontraba frente a la casa de Julieta"; y en otra estancia, "el sillón del Papa", dice el pintor mientras se sienta para posar ante la cámara.

"No colecciono antigüedades. Hay gente enferma, que lo tienen todo lleno. Pero yo no colecciono, esto es decoración del hogar", explica del interior de su piso.

Se queja de que los chinos "lo están comprando todo" por todo el mundo y asegura que se ha llevado a su piso lo que ha visto y podido comprar, "lo que han dejado los chinos".

"Si un hombre tiene dinero, debe vivir con vistas al Kremlin", dijo en una ocasión al describir las impresionantes vistas que se abren desde su casa, que ocupa las tres últimas plantas de un edificio constructivista levantado por el insigne arquitecto ruso Alexéi Schúsev.

También él se considera un artista insigne, al menos para su época, y esa opinión la comparten personalidades y coleccionistas de arte por todo el mundo, lo que le permite vender toda su prolífica obra "prácticamente sin excepción".

Safrónov, que acaba de cumplir 60 años, se hizo famoso ya en tiempos de la Unión Soviética, cuando empezó a exponer sus pinturas primero en Vilna, luego en Moscú y más adelante por todo el mundo.

"Un hombre muy rico me quiere poner una galería en Pekín, una especie de pequeño Louvre, en el centro de la ciudad. La galería Nikas", cuenta sin ruborizarse al pasar al lado de uno de sus propios retratos, varios de los cuales cuelgan de las paredes de su 'castillo'.

Se detiene frente a una de las paredes para mostrar un fresco en el que aparece sobre un caballo, con su armadura y al frente de un grupo de caballeros, con un castillo al fondo: "El castillo, como símbolo de la consecución de las meta, y yo a caballo, al comienzo del camino, rodeado de amigos. Una imagen simbólica".

Si bien son muchos los estilos pictóricos en los que ha creado y se ha recreado a lo largo de su vida artística, han sido los llamados "retratos psicológicos" de celebridades -desde jefes de Estado de medio mundo hasta los actores mas famosos de Hollywood- los que le han dado fama mundial.

Una reproducción del retrato que pintó Jean Clouet de Francisco I, a la que Safrónov le puso la cara de Putin, parece trazar un paralelismo entre el presidente ruso y el monarca renacentista al que se conocía como el Rey Guerrero y que puso a Francia entre las grandes potencias europeas de su época.

"Retrato a las personas como si estuviera pintando a su ángel de la guarda", dijo de los cuadros que muestran a Leonardo Di Caprio, Jack Nicholson, Kevin Bacon, Nicole Kidman o Robert de Niro, entre otras muchas celebridades, políticos y deportistas a los que ha pintado.

Obras de un estilo denominado "dream vision" por los críticos, ya que Safrónov se adentra en la frontera entre los sueños y la realidad.

Habla mucho de su casa, de la historia que rodea sus muebles, de la cultura en general; algo menos de su obra, aunque las paredes del piso que también le hace de taller rebosan de sus pinturas.

Un retrato para el cumpleaños del cineasta ruso Stanislav Govorujin y otro para "mi buen amigo (Jean-Paul) Belmondo", comenta Safrónov cuando muestra algunas de sus obras.

De otra pared cuelga un retrato de George W. Bush, al que conoció y pintó por primera vez en Estados Unidos, al poco de que se convirtiera en presidente, y con el que coincidió al menos otra vez ya en Rusia, en una representación del "Cascanueces" en el Teatro Mariinski de San Petersburgo.

Así lo relató en un programa de televisión: "Estábamos hablando con Putin y entonces apareció Bush.'¡Laura, mira, es Nikas, el que nos pintó!'. Y Putin, sorprendido, me preguntó si nos conocíamos. 'Sí, Vladímir Vladímirovich, desde hace tiempo'".

De ese día guarda una fotografía, rodeado de dos buenos amigos, y que sacó un hombre negro del que creyó que era "un guardaespaldas" y que resultó ser Colin Powell, el secretario de Estado.

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