El artesanal belén de Elías, un tesoro navideño de Trives

photo_camera Parte de los edificios del Belén de Elías en Trives.

El belén obra de Elías Álvarez González es una joya que año tras año cobra vida durante las festividades navideñas. Con figuras animadas y réplicas precisas de monumentos de la villa, el belén es un referente en las celebraciones en Trives

Las luces de las calles de A Pobra de Trives recuerdan que es tiempo de Navidad, iluminando las frías noches de diciembre, y al doblar la esquina del colegio Manuel Bermúdez Couso, un cartel invita a adentrarse en un mundo mágico y tradicional: el “Belén del Elías”. La pequeña sala, normalmente silenciosa y oscura, cobra vida durante las festividades, gracias a la dedicación y amor de Elías Álvarez González, el artífice de este tesoro navideño.

La exposición, ansiada por locales y forasteros, se convierte en un referente que no puede faltar en las celebraciones en A Pobra de Trives. El Concello, como cada año, abre las puertas de este rincón especial, donde la esencia del pueblo queda encapsulada en cada figura y estructura creada por las manos expertas de este buen hombre. Cada tarde, entre las 17,00 y las 19,00 horas, el mágico belén se pone en funcionamiento.

Hace más de dos décadas que el señor Elías inició esta tradición, dotando de vida a su belén con ingeniosos mecanismos electrónicos, haciendo que las figuras se muevan con la precisión de un reloj suizo, gracias a pequeños motores provenientes de lavadoras y otras máquinas ingeniosamente recicladas. En este espectacular nacimiento, incluso las cadenas de bicicletas encuentran su lugar en los intrincados engranajes que hacen posible esta localidad rural animada en miniatura.

La meticulosidad de Elías no conocía límites, pero la singularidad del “Belén del Elías” radicaba en su fidelidad a la idiosincrasia trivesa. Los edificios más emblemáticos de la villa, como la torre del reloj, la iglesia o la Casa Consistorial, se erigen en miniatura, replicando cada detalle arquitectónico con asombrosa precisión. Las callejuelas del belén resuenan con el eco de oficios tradicionales, representados por figuras que emulan las tareas del campo e incluso la Plaza del Pilón aparece reflejada como centro de reunión protegida por sus blancas galerías.

El sueño de Elías, que desafortunadamente se apagó hace más de una década, dejó el belén inconcluso. En su mente persistía la visión de plasmar la estación de montaña, con su manto blanco de nieve, pero a pesar de ello, el “Belén del Elías” resplandece con un encanto sin igual. Desde el amanecer hasta la caída de la noche, cada rincón del nacimiento cobra vida, con las casas iluminándose gradualmente, como un reflejo del día trivés.

El “Belén del Elías”, más que una exposición, se convierte en un viaje a través del tiempo y el espacio, un recordatorio de que, aunque los artesanos puedan partir, sus creaciones perduran, envolviendo a generaciones enteras en el calor de la tradición y la memoria.

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