El domingo resultó perfecto para aquellos que optaron por la estación de montaña para pasar la jornada. El buen tiempo estuvo asegurado y la calidad de la nieve idónea para recibir a los amantes de este deporte de invierno. Después de unas semanas de calentamiento, la jornada dominical superó todas las expectativas entre los amantes de los deportes de invierno.
Los más madrugadores pudieron dejar sus vehículos cerca de la taquilla, pero las cerca de 600 plazas habilitadas en las instalaciones fueron insuficientes ante la avalancha de visitantes, por lo que se formó una hilera de coches aparcados que bajaba desde la taquilla hacia A Pobra de Trives, unos cuatro kilómetros más. El microbús lanzadera, indispensable en cualquier estación invernal, estuvo operativo, con gran éxito durante todo el fin de semana, consiguiendo dar la comodidad necesaria a los aficionados al esquí.
Los telesillas se movieron cargados de esquiadores y snowboarders equipados para llegar a la cima dispuestos para deslizarse por las 11 pistas acondicionadas y los casi 8 kilómetros de nieve preparada para su disfrute.
Al acercarse a la taquilla, el ambiente que se vivía era de una estación de esquí con hervidero de gente portando esquís y tablas de snow. Aficionados contentos de poder ver abierta la estación de montaña en su quinto fin de semana consecutivo. Sin duda, el más populoso, con un millar de esquiadores y snowboarder, según la gerencia de la estación, que no precisó la cifra exacta.
La Tasquiña mostraba cola continuada de quienes se acercaban a tomar algo a pie de pista, convirtiéndose en un punto de encuentro al remate de la jornada.
