Oro líquido con sabor trivés

Las Terras de Trives no dejan de sorprender y demuestran que sus terrenos son de gran calidad para la producción de aceite de oliva, como ya lo habían hecho con anterioridad los romanos.

En la pequeña aldea de Fondo da Vila, Piñeiro, en el concello de A Pobra de Trives, Marta Fernández Sánchez, junto a su pareja Jesús Prieto, acaban de crear Quinta Vila, su marca de aceite de oliva virgen extra (AOVE) de categoría superior, obtenido, como ellos mismos remarcan, directamente de las aceitunas y solamente mediante procedimientos mecánicos.

Este nuevo proyecto en el rural trivés es una continuidad de la idea de Emiliano Fernández, padre de Marta, cuando en el 2013 comenzaba su plantación de olivos, apostando por la valía del terreno, pero también como hobby, “a idea realmente é de meu pai, nunha época na que pechou a empresa onde traballaba, pois plantou as oliveiras en búsqueda de esparcimento e ter onde pasar o tempo, pero eso rematou nun proxecto algo grande de máis, e en vista de que tiñamos producción e á xente que llo demos a probar lle gustaba, pois decidimos poñernos como autónomos e comezar a venta”, dice la orgullosa hija.

En la ctualidad cuentan con una hectárea y media aproximadamente de terreno dedicada a las plantaciones de olivos, “aproveitamos e recuperamos os terreos dos avós, que estaban sen traballar nestes momentos, e cremos que tamén é un xeito de poñer en valor o que é da casa”, explica Fernández Sánchez, añadiendo que cuentan en la actualidad con alrededor de 700 olivos, de diferentes variedades, destacando la picual y la arbequina, dos especies que se dan muy bien en este terreno. Esta recién creada empresa sigue incorporando diferentes tipos de oliva en búsqueda de seguir mejorando resultados.

“Nós buscamos unha producción artesá, sen entrar en crecementos industriais, pero tendo en conta que sempre dependemos da climatoloxía”, apunta Suso Prieto. La cosecha de este año les dejaba 450 litros de aceite. ”Empleamos arredor de 7 kilos de aceitunas para chegar a un litro de aceite, así que fai falta unha boa recollida” añade la olivarera trivesa, explicando que para su proceso de producción de aceite emplean la extracción en frío.

Estos nuevos productores, cuidando los pequeños detalles, llevaron el nombre de sus fincas y su territorio a la marca del aceite, buscando una etiqueta que los representase, “a etiqueta é cousa de Marta Conde, de Conxenia, e un pouco buscamos un deseño basado na pegada dos romanos. Escolleu as cores branca e negra porque di que nós somos un pouco  o yin e o yang”, explica Marta Fernández.

La ilusión de un padre continuada por su hija, daba un paso más en marzo cuando comenzaba la comercialización de este oro líquido trivés, que hasta el momento cuenta con una gran acogida entre todos los que lo probaron, según afirman. En la participación de su primera cata, celebrada recientemente, el Quinta Vila conseguía un bronce en la categoría de plurivarietales gallegos.

Este aceite puramente trivés se puede adquirir a través de venta directa por el momento.

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