Por primera vez en la década, sus 14.200 habitantes no aumentan

La crisis frena la subida en el censo barquense

Esta semana, el censo provisional de O Barco registró una población de 14.197 habitantes. Esta cifra supone un ligero descenso respecto a los 14.213 de enero de 2009. Los gobernantes de la mayoría de los concellos de la provincia, donde la población va a menos, saltarían de alegría con esos datos. Sin embargo, en la villa barquense los números se ven de forma distinta, pues los habitantes no aumentaron por vez primera en 10 años.
El censo de O Barco comenzó la década con los 12.767 habitantes del 2000, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Cinco años después, esta cifra había aumentado hasta los 13.700, que se convirtieron en 14.213 a comienzos del 2009. La disminución de la población es de apenas 16 habitantes, una cifra reducida, pero que refleja el frenazo.

En una primera evaluación de los datos, el alcalde y el portavoz valdeorrés de UGT, Alfredo García y José Paradelo, coincidieron en buscar la causa en la crisis económica, que castiga a la pizarra.
La destrucción de empleo castigó al concello, que vio cómo los 762 parados de febrero de 2008 aumentaron hasta los 1.368 del mes pasado. En este periodo, la comarca perdió casi mil puestos y pasó de 1.399 a 2.399 desempleados.

'La gente de O Barco se va a su casa del pueblo, en un concello próximo, donde tiene su huerta', dijo José Paradelo. Añadió que algunos inmigrantes, fundamentalmente portugueses, regresaron a su país al perder el empleo en la pizarra. Alfredo García corroboró los argumentos y cree que 'cuando se recupere la economía volverá a crecer la población'.
Entre enero de 2009 y marzo de 2010 descendieron los censos de españoles (68 habitantes menos) o portugueses (28), entre otros. A su vez, aumentaron colectivos como los de marroquíes (14), rumanos (7) o chinos (4).

Barbadás se adapta a las necesidades de sus nuevos vecinos

El otro municipio de la provincia con más natalidad que defunciones, Barbadás, tiene un censo de 9.500 residentes, aunque su alcalde, José Manuel Freire Couto, explica que la población real supera los 10.000. Sus nuevos vecinos proceden fundamentalmente de otros municipios de la provincia, ya que no ha sido una localidad con un peso importante de la inmigración (aunque sí hay una colonia significativa de venezolanos).

La proximidad a la ciudad ha transformado este municipio en las últimas dos décadas, pasando de tener un carácter rural a urbano, fundamentalmente en la zona de A Valenzá, donde se han asentado numerosas familias jóvenes (que trabajan sobre todo en la ciudad o en los polígonos industriales del área). Eso ha obligado al Concello a dar respuesta a las necesidades de este colectivo, especialmente con la creación de guarderías y colegios de Primaria (hace 12 años no había ninguno y ahora tienen dos), y su próximo objetivo es tener un instituto. 'A medida que van pasando los años, tenemos que adaptarnos a las nuevas necesidades, aunque a veces no pueda ser de forma tan rápida como nos gustaría', indica el alcalde.

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