Los desprendimientos de tierra y rocas sobre la carretera N-120, registrados en la zona de Os Peares, no son los únicos que acusó esta infraestructura recientemente. También el tramo rues del vial acusó la caída de grandes rocas y barro sobre el firme en, al menos, un par de zonas próximas al antiguo vertedero.
Los desprendimientos registrados en A Rúa se produjeron a escasos metros de la pequeña zona de ladera sobre la que fue colocada una malla metálica, precisamente para evitar la caída de áridos sobre la calzada. No son pocos los usuarios que consideran que la superficie protegida debería mayor y temen que las grandes rocas desprendidas sobre la N-120 puedan provocar un accidente.
El citado tramo de la N-120 es recorrido casi diariamente por los tráilers que transportan pizarra hacia el puerto de Vigo. Muchos de ellos también cruzan el puente sobre el río Sil, entre Viloira y O Barco, en la travesía de la N-536. Un informe de la Policía Local barquense obligó al Ministerio de Fomento a consolidar una albardilla de la estructura, debido a la excesiva vibración de la construcción. Sin embargo, los trabajos no actuaron sobre las juntas de dilatación del firme del vial.
Abierto al tráfico en 1970, estas piezas nunca fueron renovadas y actualmente se encuentran en un estado de conservación que deja mucho que desear, con grandes separaciones, que comienzan a preocupar a los conductores.
