El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de la Guardia Civil (Seprona) de Ourense, detuvo a J.L.L.R,, titular de la farmacia de Celeiros (Chandrexa de Queixa), como presunto autor de un delito continuado de estafa.
La Operación se inició en febrero, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento a través de una denuncia de un vecino, de la existencia de medicamentos en un contenedor de la basura.
El Seprona inició una investigación y localizó varios medicamentos, en perfecto estado y dentro de las fechas de caducidad. Inmediatamente, comenzó un seguimiento exhaustivo, observando que el titular de la farmacia desecha cajas de medicamentos en un contenedor.
La Guardia Civil solicitó colaboración del Servicio Galego de Saúde (SERGAS) y, tras comprobar aspectos como las facturaciones de la farmacia, tipología de los medicamentos o su trazabilidad, entre otros, pudo establecer un supuesto delito continuado de estafa.
El farmacéutico revisaba los números de la Seguridad Social de los clientes y, al comprobar que los medicamentos habían prescrito, preparaba paquetes con todos ellos. Les retiraba el cupón-precinto, los enviaba al Colegio de Farmacéuticos, y los facturaba. Después, guardaba los medicamentos durante un tiempo y si los pacientes no los retiraban, los desechaba tirándolos a un contenedor de basura, asegurándose así la venta de todos los medicamentos prescritos.
El Seprona inició una investigación y localizó varios medicamentos, en perfecto estado y dentro de las fechas de caducidad. Inmediatamente, comenzó un seguimiento exhaustivo, observando que el titular de la farmacia desecha cajas de medicamentos en un contenedor.
La Guardia Civil solicitó colaboración del Servicio Galego de Saúde (SERGAS) y, tras comprobar aspectos como las facturaciones de la farmacia, tipología de los medicamentos o su trazabilidad, entre otros, pudo establecer un supuesto delito continuado de estafa.
El farmacéutico revisaba los números de la Seguridad Social de los clientes y, al comprobar que los medicamentos habían prescrito, preparaba paquetes con todos ellos. Les retiraba el cupón-precinto, los enviaba al Colegio de Farmacéuticos, y los facturaba. Después, guardaba los medicamentos durante un tiempo y si los pacientes no los retiraban, los desechaba tirándolos a un contenedor de basura, asegurándose así la venta de todos los medicamentos prescritos.
