En O Barco, los Reyes Magos son cinco. Aurora Carballal, Gonzalo Carracedo, María Luisa Rego, Eli Miranda y la religiosa Alba Carbajal, que reparten hoy entre los niños más necesitados los juguetes que recibieron y arreglaron.

Ni un barquense sin juguete

Los juguetes, listos para ser repartidos.
Los niños tomarán hoy los sótanos de la iglesia de Santa Rita, en O Barco. Entre las cuatro paredes de la sala principal, cientos de juguetes esperan la llegada de las familias más necesitadas del Concello, un colectivo que no hace más que aumentar con la crisis. Cuando llega la Navidad, esta fría sala se impregna del calor humano que desprende un reducido grupo de cinco personas. No son muchos, pero sí suficientes para llevar la felicidad a más de un centenar de pequeños que recibirán los juegos procedentes de donaciones y que ellos mismos arreglaron a lo largo del año que acaba.
'La sonrisa de felicidad de los niños al ver los juguetes paga el trabajo de todo un año'. El comentario lo hizo Aurora Carballal. Hace cinco años, esta barquense comenzó a recoger y arreglar juguetes para después entregarlos a los niños de familias carentes de recursos. 'Recogía muñecos de peluche en mal estado y los lavaba para entregarlos a los niños que no tenían juguetes. Empecé entregándolos durante todo el año, pero al observar que había niños que no tenían Papá Noel o Reyes Magos los dejé para Navidad. El primer año, recibimos dos cajones de peluches. En 2011 ya fueron más de 800', dijo.

Al movimiento iniciado por Aurora Carballal pronto se sumó su marido, Gonzalo Carracedo, incorporándose seguidamente María Luisa Rego, Eli Miranda y la religiosa Alba Carbajal. Forman un equipo unido y alegre, que a lo largo de todo el año recoge las bolsas de juguetes que altruistas anónimos dejan ante las puertas de Cáritas Interparroquial de O Barco y del sótano de la iglesia de Santa Rita.

Con el paso del tiempo, su trabajo fue en aumento. Crece el número de familias que recurren a ellos para que la Navidad no finalice sin ningún regalo para sus niños. Eso sí, quienes acuden deben llevar el visto bueno de Cáritas, un documento que acreditará que realmente carecen de medios. El año pasado fueron 104, según informó su trabajadora social, Isabel Álvarez. El incremento de beneficiarios fue acompañado por la multiplicación de los juguetes donados. 'Cada vez recibimos más donativos. Este año hay muchos más. Con la crisis nos volvemos más solidarios', aseguró Aurora Carballal. Este crecimiento obligó a establecer una norma para evitar que también aquí haya ganadores y perdedores. Cada niño recibe tres regalos, un peluche, un juego electrónico y otro juguete.

Hoy, a las 17,00 horas, estos cinco voluntarios se enfundarán el papel de 'Papá Noel' y repartirán los primeros juguetes. Otros niños acudirán antes de Reyes. La solidaridad da para todos.

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