Seadur devolvió a sus “covas” su original esencia familiar

Grupos de amigos y familiares asisten a la Ruta das Covas de Seadur, desafiando al mal tiempo.
photo_camera Grupos de amigos y familiares asisten a la Ruta das Covas de Seadur, desafiando al mal tiempo.
Un aforo limitado y la participación de los hijos de los “coveiros”, acercó la fiesta a la tradición

Un año más, y a pesar de la lluvia, las covas de Seadur, un pequeño núcleo de Larouco de 67 habitantes, volvieron a abrir sus puertas en la que fue la décimo novena edición de la ruta. La novedad este año fue la de limitar el aforo a 1.500 personas, aquellas que lograron hacerse con una de las entradas a la venta. 

“No nos sentíamos cómodos con lo que estaba pasando con la ruta, se estaba convirtiendo en un botellón y perdiendo su esencia familiar y patrimonial”. Así lo explicó Elena Álvarez García, presidenta de la asociación As Covas de Seadur y dueña de la primera cova del recorrido. “Desde muy pequeña mi abuelo me cogía y nos llevaba a todos los nietos a almorzar una lata de mejillones a la cova, la gente charlaba, se contaban cosas, te ibas a la bodega del vecino. El camiño das covas era donde todo el mundo se encontraba”. 

Nueva orientación

La nueva orientación de la celebración de este evento fue patente en la gran participación de familiares de los propios dueños de las covas, destacando la implicación de los más jóvenes. “Hemos metido a nuestros hijos en esta aventura. En mi bodega participan mi hija con sus seis amigas, en la bodega de un vecino han venido sus sobrinos; al final hay que cuidar que esto tenga un futuro y no se pierda y son nuestros hijos los que lo aseguran”, explicó Elena. 

Tal y como relató la presidenta de la asociación, el camino hasta llegar al entendimiento entre sus miembros, “no fue fácil”, pero poco a poco “hemos encontrado esa unión para hacer este camino juntos”. Así fue cómo se dieron cuenta de que el cariz que estaba tomando la ruta no era el acertado y así también fue como han llegado a comprar entre todos una cova que “vamos a restaurar y a ceder como patrimonio al pueblo, porque no queremos que se pierda la tradición”.

Elena es una enamorada de su pueblo natal. En la actualidad no reside en él, pero está convencida de su gran potencial y belleza. “No somos conscientes de lo que tenemos porque lo hemos tenido siempre; abrimos las puertas de nuestro patrimonio”, aseguró. Está convencida de que el evento anual potencia la zona, “porque viene mucha gente y muchos negocios de la comarca participan”.

Te puede interesar