Ibuprofeno Teatro, Chévere y Matarile serán las tres compañías encargadas de poner el punto y final
Hoy caerá el telón sobre Ribadavia. Cuando Matarile Teatro apague las luces en la Iglesia de la Magdalena poniendo el punto y final a su trabajo "El cuello de la Jirafa", la MIT dirá adiós a su 32 edición. Después de diez días de buen teatro llegado desde distintas partes del mundo, la Mostra acaba su andadura poniendo el acento en Galicia, demostrando que aquí también se hace teatro de calidad, con buen trabajo de investigación y una apuesta por la innovación.
Ibuprofeno Teatro llevará a las calles de la localidad, a las 13,00 y 20,00 horas, a la payasa Marian Bañobre que recorre en bicicleta los espacios públicos haciendo deporte en todas sus variedades, interaccionando y captando la atención del público. Desde el humor, la payasa muda ofrecerá un retrato crítico de algunos clichés construidos socialmente en torno al universo más femenino.
La historia de una pareja que se conoció en una conocida sala de fiestas, Paraíso, y su devenir con los años hasta volver a ese lugar, convertido ahora en un conocido supermercado, es el eje sobre el que gira la obra "Eroski Paraíso", que la compañía Chévere llevará hasta el Castillo, a las 23,00 horas. Una obra que aportará aún más argumentos para el Premio Nacional de Teatro que Chévere recibió en el año 2014.
Y como traca final, como fuegos artificiales que iluminan el cielo en los fines de fiesta, Matarile Teatro, dentro de la programación especial que ha estado desarrollando en la Mostra de Ribadavia con motivo de su 30 aniversario, pone en escena, a la 1,00 horas, "El cuello de la Jirafa". Este espectáculo está dirigido por Ana Vallés, autora a su vez del texto e interpretada por Óscar Codesido, Mónica García, Enrique Gavilán, Baltasar Patiño, María Roja y la propia Ana Vallés.
Y ahí se acabará la gran fiesta del teatro que ha sido Ribadavia, con un público que ha disfrutado de las obras y que hoy aún continúa "tocado" por la representación de "La Gaviota", ya que es un trabajo que se pega a la piel y cuesta quitársela del pensamiento.
