Para los de aquí es una imagen familiar, porque Reverter y Colemán formaban parte del Ourense de siempre representando a dos generaciones a quienes unían el coche y la competición.
Para los de fuera resultan una imagen atípica, aunque aquí ya pasa por ser típica, lo que les anima a inmortalizar el instante a lomos del capó del curioso Alpinche aquel híbrido, invento tan ourensano, que figura también en la dilatada y densa historia del automovilismo.