Más que mil palabras

Más que mil palabras. (Foto: Miguel Ángel)
Colgados del cielo y con el corazón enjaulado en reflejos de cristal, los dos hombres arrancan brillos de pombas de jabón y agua tibia a este muro ocre y frío, aparentemente frágil, del campus.
Brillos y luz para cortinas y estores de despachos y oficinas, aulas y pasillos silenciosos, sumergidos en el silencio y la ausencia impuesta por las vacaciones de profesores y alumnos.

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