Recursos humanos, de Antonio Ortuño

Portada del libro de Antonio Ortuño.
Cada oficina tiene su propio infierno. Cualquiera, con contrato de trabajo, está en condiciones de comprobar si hay o no fuego en ese microcosmos.
Antonio Ortuño (México, 1976) escribe en Anagrama una novela sobre las pesadillas que se destapan en horario laboral, y ahí entran ambiciones, resentimientos, sexo, disputas absurdas, venganzas. A menudo a esto se reduce una oficina. La obra complementa la mirada sobre ese laboratorio en que deviene el trabajo. Los jugadores de Don DeLillo, American Psycho de Easton Ellis, Ampliación del campo de batalla de Houellebech, o más recientemente Entonces llegamos al final de Joshua Ferris, fueron otros intentos de atrapar ‘la condición humana’ en horario laboral. Ortuño añade humor. Y nos pone delante un espejo.


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