Ana Reverter, investigación y viajes para cumplir su sueño

Ana Reverter ha pasado los últimos años de su vida viajando de país en país para cumplir su sueño de investigar la fauna salvaje en su hábitat. Islandia, Suecia, Finlandia y Patagonia son algunos de los lugares por donde ha pasado para seguir formándose y aprendiendo, a la vez que desarrollaba trabajo de campo

El próximo destino de Ana Reverter es volver a la Patagonia donde investigará sobre el puma.

Está en un paréntesis en Ourense antes de volver a Patagonia. Y después de estar en Finlandia, Islandia y Suecia. Toda una aventurera que entiendo que de algún modo ya soñaba hacer de niña. 

Desde siempre me han gustado los animales. Crecí rodeada de ellos y tal vez por eso también quería ser veterinaria. Esa es la profesión que primero te viene a la cabeza cuando piensas en trabajar en su cuidado, pero yo quería algo más que atenderlos de una forma médica. Quería saber de toda la naturaleza en su conjunto, y ahí fue cuando me decanté por la Biología, que es una carrera más completa en el sentido que va más allá de los animales. Así que cuando me tocó elegir una carrera, siguiendo el consejo de mi madre, vi que había un doble grado de Biología y Ciencias Ambientales en Girona. Y yo que nunca había estado en Cataluña, ni sabía nada de catalán, allá me fui.

Y tras muchas horas de estudio y un doble grado bajo el brazo, ¿cuál fue su primer paso?

Decidí hacer un Erasmus. Me gustaba viajar y conocer gente, además de ser una oportunidad de descubrir otras culturas a la vez que continuaba con mi formación. Así que me fui a Finlandia. Una experiencia que me encantó.

¿Qué fue lo que la llevó a elegir Finlandia?

Su naturaleza. Es un espacio muy grande, con mucha naturaleza, sus lagos, parques naturales, islas…  y con pocos lugares habitados. Me invitaron a hacer una investigación de campo en Laponia sobre “La degradación de los ecosistemas árticos” y me gustó muchísimo.

Ahí no acabó sus estudios en países del norte.

No. Me sentí atrapada por todo lo relacionado con el ártico, así que pedí otro Erasmus a Islandia donde estuve otros seis meses.

A punto de acabar la carrera, hizo las maletas para la Patagonia chilena. 

Fue un poco por casualidad. A raíz de unas fotografías que vi de unos pumas en una revista de National Geographic en la Patagonia. Me impresionó el paisaje, el lugar, el animal en sí y que pudiese vivir en una zona tan austral. Así que comencé a averiguar cómo podría ir para allí. Contacté con científicos, profesores… hasta que conseguí poder hacer un Trabajo de Fin de Grado allí, donde estuve seis meses. 

Y aún paró en Suecia.

Allí estuve haciendo un máster de dos años de “Conservación y manejo de fauna salvaje” en Umeå para aprender como mediar en los conflictos entre las actividades humanas y la fauna salvaje, de forma que unos y otros puedan convivir. 

Con escala en Galicia antes de volver a la Patagonia.

Es una opción que me ha surgido. Poder hacer un trabajo de campo de fin de máster de un año allí. 

¿Qué es lo que más le llamó la atención a su llegada a Patagonia?

Lo remoto que es el lugar. Puedes echar horas conduciendo y no ver a nadie en horas. El paisaje es muy agreste, incluso duro. Puedes ir dando un paseo y ves la naturaleza en su estado más puro. Aparecen animales, y también restos de huesos de animales cazados por otros. Es un paisaje totalmente dominado por la naturaleza con los climas más extremos.
Culturalmente, la figura de los gauchos, que son como los “cowboys” de la Patagonia. Trabajan a caballo casi todo el día moviéndose, con su vestimenta típica, para mover las vacas en busca de pastos. 

¿Qué fue lo que más le costó para su adaptación?

Las comidas. Allí la gente come mucho cordero. Forma parte de su dieta habitual… y yo soy vegetariana. Y toman mucho mate, como en Argentina. Con mucha calma. Como si fuera un ritual.

Con todos estos viajes, ¿qué es lo que más echa de menos cuando está lejos de casa?

Además de la familia y los amigos, extraño la naturaleza accesible de Galicia. Puedes coger un coche y en una hora pasas de la montaña a la playa, de espesos bosques a bonitas calas. Me gusta también la vida en la calle. En ninguno de los lugares en los que estuve tienen la cultura de salir de trabajar e ir a caminar, a tomar algo, quedar… Además, es muy seguro todo.

Pero viajar tanto tiene muchas cosas buenas. 

Lo mejor de descubrir tantos lugares, a parte de conocer cada espacio, son las relaciones que estableces, la gente que conoces. Aunque luego con cada despedida dejas, de alguna manera, una vida. 

Pero hoy en día es mucho más sencillo con Internet.

¡Eso es cierto! Con mis amigas de siempre el contacto es continuo. Entre llamadas, videollamadas, chat… estamos todas muy presentes en la vida de las otras. Tanto que cuando nos vemos físicamente es como si el tiempo no hubiese pasado.

¿Qué consejo daría a alguien que quiera viajar tanto para adaptarse a cada lugar con la facilidad que usted lo hace?

Reconozco que por mi carácter no me cuesta y me gusta. Soy una persona muy flexible y hay que darse cuenta que a donde vayas no es tu casa ni tu país, tienes que saber adaptarte y respetar sus costumbres. Las personas también son distintas y es esencial ser compresivos y empáticos. Un buen ambiente por tu parte, genera un aura positiva hacia ti.

Personalmente, ¿qué le aporta?

Es un reto que me ayuda a desarrollarme como persona. Recibes pinceladas de muchos lugares y aprendes de cada cosa, y también a no repetir los errores. Descubres personas, lugares y costumbres que te ayudan a tener la mente más abierta y a perder los perjuicios.

¿Qué le dice su familia?

Siempre me animan mucho a viajar. Cuando fui a Girona pensaban que estaba muy lejos… pero luego partiendo a Suecia, Islandia, Finlandia y Patagonia… qué van a decir.

Finalmente, cuéntenos a qué se va a dedicar los próximos meses en Patagonia.

Estudiaré de qué se compone la dieta del puma en libertad y sus presas, y también a los carroñeros que se relacionan con estos eventos de depredación. Estos animales, como aves, mamíferos o incluso insectos, dependen estrechamente del puma. De este modo podré tener una visión completa de lo que supone el puma a nivel ecológico para el ecosistema. Él puma es un modelador del ecosistema, su alimento es, a su vez, alimento  para otros animales.

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