XORNAL ESCOLAR

Alimentación saludable

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photo_camera Dos niños en el comedor.

El comedor escolar: un lugar para aprender a alimentarse de modo saludable

Los condicionantes de la vida moderna (horarios de trabajo, desplazamientos, modelos familiares) favorecen la utilización del comedor escolar, cuyo uso aumenta de forma sostenida en los últimos años y así la Consellería de Educación prevé que este curso escolar más de 72.000 niños utilicen este servicio en 613 comedores. En la práctica esto implica que cada vez hay más padres que delegan –aunque sea parcialmente-, la responsabilidad de alimentar a sus hijos en las instituciones  educativas y estas responden a estas necesidades a través de la programación de los menús escolares realizados por expertos en nutrición. 

MÁS QUE UN COMEDOR

Pero el comedor escolar tiene que pasar a ser algo más que un lugar donde se sirve un menú para satisfacer las necesidades alimentarias de los usuarios a integrarse plenamente en la oferta educativa, puesto que constituye una potente herramienta para educar a los escolares y sus familias en los beneficios para la salud y el bienestar de una dieta equilibrada.

El menú del comedor debe de potenciar el consumo de aquellos alimentos que tiene una menor aceptación entre los niños (verduras, pescados, legumbres) y debe de presentar una amplia variación en la forma de preparar los alimentos, lo que permitirá una reducción de las aversiones (neofobias) que son características de la población infantil. 

IMPLICAR A LA FAMILIA

Para lograr la reeducación alimentaria de los niños, es indispensable la colaboración de la familia, que debe implicarse conociendo los menús del comedor, e intentando complementar su alimentación en las restantes comidas del día, ya que la comida del comedor solo representa el 35% de las necesidades diarias del niño. 

La variedad y potenciación de ciertos alimentos en los menús escolares van a influir directamente en la calidad nutricional del menú, algo que no siempre se entiende en el entorno familiar del niño, que utiliza como modelo de comparación sus propios hábitos alimentarios, que tal y como reflejan la práctica totalidad de los estudios, suelen estar bastante alejados de los patrones saludables.

Es frecuente que los niños lleguen al ámbito escolar con unos patrones muy arraigados desde su entorno familiar y que surjan conflictos cuando el comedor trata de racionalizar esas pautas alimentarias proporcionándoles unos menús más equilibrados y saludables. Para evitar estos conflictos el primer paso es conseguir que el niño acepte y coma el menú escolar. 
RECHAZO DE ALIMENTOS

Entre los factores más determinantes para el rechazo a algunos alimentos, están las experiencias con sabores, olores y texturas acumuladas por el niño a lo largo de su desarrollo y aquí puede/debe jugar un papel muy importante el comedor escolar, que al planificar los menús decide con qué alimentos y con qué frecuencia van a tener experiencias los niños.

Otro aspecto a considerar es que la repetida exposición a un alimento es determinante para favorecer su aceptación y en el entorno familiar se suele ser más permisivo y en muchas ocasiones menos insistente, optando por no ofrecerle al niño aquello que rechaza, contribuyendo de ese modo a que esos rechazos se consoliden y mantengan en el tiempo.

El impacto que los rechazos alimentarios tienen sobre el valor nutricional de la dieta, aconsejan dar prioridad a su erradicación, por lo que habría que informar a las familias para que colaboren con el comedor escolar, reforzando la oferta continuada de estos alimentos saludables en el hogar con el fin de intentar incrementar su consumo. Es muy importante que las familias se impliquen en la aceptación de esos alimentos “problemáticos”, ya que si en el entorno familiar se rechazan, es muy difícil que el niño lo acepte en el menú escolar.

En resumen: la reeducacion nutricional de los niños no consiste en cambiar un alimento por otro, sino que hay que modificar los estilos de vida y ello requiere actuar en el entorno familiar, educativo y social. El comedor escolar debe entenderse como una unidad pedagógica para formar no solo a los escolares, sino también a los padres y solo así será efectivo el cambio.

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