XORNAL ESCOLAR

Disciplinas con cariño

21.09.15.OURENSE.ESPLANADA POLICIA NACIONAL.ACTIVIDADE DE MOVILIDADE PARA ESCOLARES ORGANIZADA POR O CONCELLO.
photo_camera Flexibilidad para educar con disciplina, rechazando el autoritarismo.

Las familias han de ejercer el control sobre sus hijos e hijas de una manera flexible

La manera más adecuada de educar es ejercerciendo de padres/madres con control pero flexibles, afectuosos y con mucha comunicación. Las familias deben ser guías en el proceso educativo de sus hijos/as con el fin de facilitar la toma de decisiones autónomas para aprender a asumir responsabilidades acordes a su edad. Así facilitaremos un mejor autoconcepto, el cual en su sentido más general, engloba el desarrollo de autoestima, el autocontrol de sus acciones y la persistencia en la realización de las tareas acordes a su capacidad. Los niños/niñas cuando actúan se equivocan y cometen errores cuyas consecuencias deben ser analizadas por ellos mismos, siendo, precisamente, estas consecuencias el análisis reflexivo el mejor factor y predictor del crecimiento.

Por lo tanto, ayudarles en este proceso de análisis tanto si la conducta ha sido positiva como negativa es la forma más adecuada de ayudar/guiar en la educación de los hijos/as.

Educar requiere sobre todo tiempo, debemos educar desde la comunicación, la atención, el respeto y la comprensión. Hay que tener claro que los gritos no educan. Debemos romper los esquemas de tener que gritar a los niños/as para que hagan caso y/o dejarles hacer siempre lo que ellos quieren y deciden. Hay que evitar tanto posturas autoritarias (excesivo control) como permisivas (control insuficiente) porque hace que los niños/as se sientan inseguros de sí mismos, sin afecto, desorientados y con demasiados temores. Estas dos formas de educar (autoritarismo y permisivismo) anulan la personalidad y dificultar el aprendizaje de la conducta autónoma y del criterio propio y estimulan formas negativas de rebeldía.

Rechazo el autoritarismo, pero me atrevo a decir que no hay que tener miedo a ejercer el control, un control flexible basado en la comunicación. Defiendo el control de las familias en forma de consejo, de ejemplo, de exigencia porque ayuda a los hijos/as a usar las capacidades que integran su libertad con responsabilidad personal.

NORMAS Y LÍMITES

anto el autoritarismo como la excesiva permisividad en la educación pasa factura a la sociedad en general. Los niños/as que no conocen el “no” y piensan que tiene un derecho innato les puede causar problemas graves de enfrentamiento con la realidad en la vida adulta. Cuando los niños/as reciben todo lo que quieren (no diferencian entre necesidad y capricho) se pueden hacer una idea equivocada del mundo. Las normas y límites facilitan la convivencia y son fundamentales e imprescindibles. Todos deben participar en la elaboración de las normas, descubriendo así su utilidad y la posibilidad de ir tomando decisiones. Las normas proporcionan sensación de seguridad, saber lo que pueden o no pueden hacer y qué límites no pueden sobrepasar les da tranquilidad a la hora de actuar. La única manera que tenemos de conseguir que los niños/as aprendan qué conductas son adecuadas y cuáles no es creando unos hábitos que se repiten día a día y haciéndoles ver que tanto cumplirlos como no implica unas consecuencias.

CONSECUENCIAS NO CASTIGOS

Las normas tienen que ser claras y estables basadas en el respecto y la comprensión y las consecuencias inmediatas. Hablamos de consecuencias y no de castigos. Antes de la consecuencia hay que escuchar a los hijos/as para que aprendan a ser responsables de sus actos. Para que los más pequeños se conviertan en personas sociables, autónomas y tolerantes y sepan desenvolverse de manera correcta en su entorno social, es fundamental que desde pequeños los padres/madres establezcan una serie de límites y normas, que ejerzan de guías en su comportamiento. Establecer unas rutinas en casa también les da seguridad. La educación necesita tiempo hay que ir guiándoles poco a poco hasta que sepan diferenciar ellos solos lo que se debe y lo que no se debe hacer, pero siempre en un clima de confianza, respeto y diálogo. Nadie nos enseña a ser padres/madres, nadie nace siendo el padre/madre perfecto pero sabiendo escuchar, comunicar y con afecto y disciplina esa faceta de la vida resulta más sencilla para la familia. De esta manera los hijos/as de la casa serán primero niños/as y después adultos más motivados, seguros, independientes con un gran sentido de la responsabilidad, con gran competencia social y facilidad de interacción.

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