Distintas capacidades en el aula

Todos los estudiantes pueden aprender si reciben los apoyos necesarios. Las dificultades de aprendizaje son dificultades de la enseñanza. La educación es, sin duda, el pilar fundamental para lograr un mundo más justo, por lo que es la mejor forma de crecer en igualdad de oportunidades, sabiendo que hay personas con distintas capacidades.

Mucho se habla de calidad educativa, es, sin lugar a duda, una de las expresiones más utilizadas en el ámbito educativo y social, pero la educación será de calidad, entre otras cosas, si se ajusta a las distintas necesidades de aquellos a quienes se educa, debemos atenderles correctamente en su diversidad, todos los niños/as tienen los mismos derechos.

En demasiadas ocasiones hemos oído hablar de las dificultades que atraviesan algunos estudiantes en el colegio, incluso los términos se han ido puliendo con los años, pero más allá de la terminología, la intención es invitar a reflexionar sobre los niños/as con distintas capacidades y como responder a sus necesidades educativas.

Los estudiantes con distintas capacidades en el aula no son un problema, no entorpecen el ritmo de sus compañeros/as y es muy enriquecedor para aprender, respetar y fomentar valores que parece se están olvidando en una escuela demasiado ocupada en competir donde sólo importa las notas de los exámenes. Es necesario motivarles y animales a incluirse, tanto a nivel educativo como a nivel social, por lo que tanto la familia como los docentes deben ejercer un papel mediador en este proceso.

BENEFICIOS

La calidad educativa es un modo de enfocar y vivir el currículo desde la perspectiva de la inclusión. Más que separar a los estudiantes según sus capacidades, hay que ajustar lo que se enseña a las capacidades de cada uno y proporcionarles las ayudas necesarias para que cada alumno/a desarrolle al máximo sus capacidades teniendo en cuenta sus intereses, motivaciones y distintas capacidades.

Incluir no es un acto de altruismo ya que beneficia a todos los estudiantes. La inclusión educativa es preparar a la escuela para que se adapte a todos los estudiantes. La inclusión de la diversidad permite un mayor desarrollo emocional de los estudiantes y favorece un mejor aprendizaje y rendimiento individual. Si aprenden en la escuela a acoger la diversidad estarán mejor preparados para asumir una actitud inclusiva tanto en la infancia como en la vida adulta.  

ESTRATEGIAS

Aprender juntos alumnos diferentes, no solo es justo y necesario, sino que también es posible. El proceso de cambio no se debe centrar en las evaluaciones sino que debe incidir en los puntos fuertes de cada estudiante, por lo que debemos hacer todos los esfuerzos posibles para conseguir compromiso, lo que supone que se acepte a todos los alumnos como miembros valiosos y de pleno derecho del aula. Para ello, es necesario modificar la estructura de las clases, cambiar la forma de enseñar, avanzar en la dirección de la autonomía del estudiante, la enseñanza personalizada y el aprendizaje cooperativo.

Para lograr una educación integral para todos, las escuelas deben ser inclusivas con una pedagogía centrada en los estudiantes y basada en la cooperación. Entre otros destacamos los siguientes modelos de aprendizaje cooperativo para trabajar en el aula: Aprendiendo juntos, Rompecabezas, Investigación de grupo, Aprendizaje por equipos, Tutoría entre iguales y Técnica flexible de aprendizaje cooperativo. Estos modelos promueven la participación activa de todos los estudiantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje y favorecen la interacción entre pares, por lo que son herramientas esenciales en el desarrollo personal y social del estudiante.

Los colegios necesitan adecuados recursos que los ayuden  a desarrollarse al máximo y centrarse en los aspectos positivos, para ello se proponen una serie de pautas que favorecen la inclusión: realizar tareas colaborativas (organizando pequeños grupos de trabajo) siguiendo los modelos expuestos, crear un clima de confianza, dar espacio a los sentimientos y emociones dentro del aula, establecer rutinas diarias que les proporcionen confianza y seguridad (los estudiantes con más dificultades deben estar más cerca del docente), hacer a todo el alumnado partícipe en las tareas de responsabilidad, crear un ambiente rico en estímulos y dar espacio al sentido del humor y la risa (la alegría y el buen humor también se educa).

La emoción abre o cierra las puertas al aprendizaje. Hay que crear climas en las aulas donde no haya tensión o temor, donde todos los niños/as se sientan reconocidos y seguros. Cuando los docentes apoyan a todos sus estudiantes se produce un sentido de apego y seguridad que les permite desarrollar plenamente sus potencialidades de aprendizaje. Si los docentes y las familias no están abiertos a la diversidad no podrán desarrollar en los niños/as una actitud inclusiva.