El COB da miedo y es líder en solitario (73-61)

El Pazo en el partido COB-Cáceres
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El COB consigue frente al Cáceres su cuarta victoria consecutiva ante su afición en el Pazo

En estado de felicidad permanente. Así está el COB desde el comienzo de la liga. Las cifras cantan: cuatro partidos, cuatro victorias. El equipo se acostó ayer y se levantó hoy como líder de la LEB Oro, sellando su segundo mejor inicio histórico en la categoría. Lo hizo tras superar al Cáceres en el Pazo después de 30 minutos sobresalientes (especialmente en defensa) y un último cuarto donde la relajación y la aparición sorpresa del acierto visitantes provocaron un pequeño sofoco. Pero el 73-61 premia el trabajo de un equipo que cree y que no negocia esfuerzos. 

Y eso que la cosa empezó con imprecisiones. Para locales y visitantes. Radic peleado con el aro, los extremeños perdiendo balones… Pero en esa trinchera se movieron muchos mejor los ourensanos. Jawara abrió la lata, Palazuelos se sumó a la descongestión y los de Félix Alonso pegaron el estirón (15-3, m.7). La recta final del cuarto fue menos productiva y se llegó al parón con un 15-6 de esos que deja la sensación de que se puede romper el duelo.

Fue lo que ocurrió. El guion no cambió demasiado en el segundo parcial. Si acaso, se acentuó. Fue a base de triples. Palazuelos, Llorente o Peter-McNeilly (casi desde Canadá) dejaron su sello y despegaron al COB (33-14, m.17). El Cáceres acusaba la escasa aportación de un Dikembe peleado con el mundo y de unos exteriores que no encontraban forma ni manera de hacer daño. Al descanso, un 37-20. Prometedor por forma y fondo.

En la reanudación, más y mejor. Radic se reconcilió con el aro, Peter-McNeilly asumió galones y Llorente dejó ver su capacidad anotadora. En el otro bando se empezó a intuir una ebullición del viejo conocido Gantt que no iba a tardar en tomar forma de tormenta. Pero antes, tranquilidad en la grada e intensidad en la pista pese a la renta que se fue hasta el 59-33 al término del tercer parcial.

Pero esto es la LEB Oro. Y aquí nadie arroja la toalla por golpes que reciba. El Cáceres jugó a la desesperada y le empezó a salir bien. Dani Rodríguez dirigió y Gantt ejecutó. Pero mucho, además. Tanto que los extremeños se marcaron un parcial de 2-18 y se colocaron 64-57 con más de tres minutos por jugar. De meter miedo a llevarse un susto. Puro Halloween (o Samaín) en el Pazo.

Había que reengancharse y Félix Alonso dejó los descansos para otro día. Costó sofocar la rebelión, pero Llorente desde fuera y Jawara desde el tiro libre terminaron por sentenciar. Un 73-61 que es sinónimo de felicidad. 

El COB está líder, invicto y pendiente de la evolución de un lesionado Turner que aplaudía desde el banquillo. Esto no para. El martes, más. Toca viajar a Oviedo y será otra historia. Pero las cosas se preparan mejor desde las victorias. Y desde las sonrisas.

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