Llega Halloween. O Samaín, que es más nuestro. Momento para elegir disfraz, tanto para esta noche como para la del martes, que es la oficial. Y el COB ya ha elegido el suyo: el de imbatible. Cuatro de cuatro. ¿Quién lo iba a decir en la pretemporada? Ya lo avisaba Félix Alonso, que cuando el calor aún está en el ambiente, los resultados no son lo más importante. En el armario cobista también está preparado el disfraz de líder con el que se levantó hoy sábado. Ahí Básquet Coruña tiene que decir su última palabra, pero el traje está planchado y listo para ser lucido si es menester.
Lo que está fuera de cualquier duda es que este equipo cree en sus opciones. En su idea y en cómo plasmarla. Seguro que vendrán tiempos complicados. Eso nadie lo discute. La LEB Oro es una competición de quilates y tocará apretar los dientes. Pero la carrera de Mendikote al intentar salvar una bola que no la salvaba ni Perry Mason (que diría Chiquito de la Calzada), los golpes que se llevó Jawara forzando faltas en ataque o la intensidad con la que vive el duelo Bolong Zheng dicen cosas. Un grupo nuevo en su totalidad y que se está acoplando con el paso de las semanas. Pero que es un grupo que está unido.
El Pazo, pese a ser viernes y este otoño pasado por agua, respondió una vez más. El objetivo, tanto el principal como el añadido que pueda venir, pasa por hacerse fuertes en casa. También tocará coger carretera y manta cuando los desplazamientos sean más asequibles. Oviedo es una buena parada en vísperas de festivo. Y, mientras tanto, que se convierta en bendita rutina este estado de felicidad permanente en “Casa COB”.
