Entendemos porque ya no nos invitan a los banquetes nuestros vecinos más pudientes de la costa galaica. Queremos -nos lo imaginamos- comer con ellos y no nos llega el presupuesto. Cierto que aún es pronto para sacar conclusiones, pero este derbi no fue lo que era. Ves la salida arrolladora del conjunto lucense y de inmediato nace y muere el spoiler en tú cabeza: vamos a sumar otra derrota. Y perdimos...perdió el COB.
"Controle todo dentro de 18 pies, elimine segundos tiros, ninguna canasta fácil e impida que la pelota entre al poste bajo", en todo lo que "iniciaba" el técnico Adolf Rupp -el trofeo al MVP de la NCAA 1 lleva su nombre- a los jóvenes jugadores de la Universidad de Kentucky y el COB, por muy extraño que pueda parecer, no fue capaz de hacer ayer (21 rebotes/8 ofensivos para Breogán por 9 del COB al final de la primera parte) y por ello penalizado hasta que los ourensanos -ultimo cuarto- pudieron beneficiarse de lo que en justicia se llama "las circunstancias atenuantes" y ajustar en mayor medida el marcador: posible relajación de un Breogan confiado y por lo que nos pueda interesar, el resurgir, que no es que cogiera más rebotes, pero si hizo más puntos, de Arkeem Joseph y en especial la rebeldía y el pundonor de los más jóvenes por ganarse un espacio en el baloncesto profesional y en el sentimiento de los aficionados ourensanos en particular. Claves en el intento de remontada Dimitrijevic y Brito y aquí consideramos un tanto injusto su relevo -a falta de dos minutos y 71-65 en el marcador. Se había ganado el seguir.
Sin juego interior el COB no solo es un equipo sin pegada si no también sin mandíbula. Y ojalá me la tenga que "envainar" pero a los ourensanos le está costando entender que no es el equipo que se creía.
