El COB da un paso para adelante en el juego y uno para atrás en la clasificación. Lo primero es, sin duda, lo más importante porque es el único camino para llegar a lo segundo, pero a la vez tendrá que aprender a convivir con una presión que será cada vez más fuerte con el paso de las jornadas.
Entre lesiones, enfermedades y descartes del entrenador el zumo del equipo ourensano es cada vez más concentrado y es ahí donde sí genera dudas. El club tiene claro que hay que reforzar el juego interior, pero igual de nítido que Chaz Williams es un jugador muy aprovechable para dar más a un equipo justito de muchas cosas.
El base americano no se va a marchar y el cuerpo técnico tiene la obligación de aprovecharlo. El mejor espejo lo tendrá el domingo en una plantilla a la que ahora es muy fácil aplaudirla, pero que, por gasto económico, no es mucho mayor que la ourensana. Pedro Rivero exprime al máximo lo que tiene y todos responden.
El partido del domingo es importante (como todos), pero el siguiente en Oviedo es vital. Dos exámenes finales para saber quien sigue en el barco y quien no.
