El COB pagó en San Sebastián la diferencia de potencial ante un equipo que tiene la obligación de pelear por el regreso a la Liga ACB. Penalizó la falta de continuidad en ataque y no pudo responder al volumen de referentes ofensivos que tienen los locales.
El Gipuzkoa empezó mejor, acabó mejor y fue mejor en la mayoría de los minutos. El COB respondió bien, mandó en el marcador en buena parte de la primera mitad y salió dignamente de una salida muy complicada tanto por la entidad del rival como por la dificultad de la semana previa al partido.
Los de Gonzalo García de Vitoria estuvieron liderados por Edu Martínez y en la zona tuvo la aportación habitual de Darko Balaban, pero fue demasiado poco para competir con un rival con muchos más argumentos.
El 12-3 inicial del Gipuzkoa tuvo una buena respuesta cobista. Entre Edu Martínez y Alfredo Ott fueron castigando una y otra vez con el triple como argumento. Un 0-12 le dio la vuelta al marcador y la ventaja llegó hasta cinco puntos para los de García de Vitoria. Tres arriba al acaban el primer cuarto.
Pero poco a poco el COB fue pagando la falta de rotaciones. Un partido más el nivel bajó mucho con la segunda unidad. Solo dos puntos en la primera mitad y un parcial negativo en la en la recta del primer tiempo que ya no tuvo marcha atrás.
El partido pasó de estar controlado por el COB a encarrilado por el Gipuzkoa en solo dos minutos. Un 44-35 al descanso que tiraba por tierra muchos buenos minutos de trabajo de los ourensanos.
A la vuelta de vestuarios ya no tuvo opción el COB. Mantuvo el nivel, pero nunca fue superior para disminuir la desventaja. En sus buenos momentos se mantenía la renta local y en los malos se abría todavía más.
Ya con cansancio en las piernas y algunos detalles de calidad del equipo local la renta se fue hasta los 18 puntos. El partido estaba resuelto con un cuarto de antelación.
Fortaleza mental
Pese a la derrota el COB sí dio un paso adelante respecto a algún partido anterior. Nunca se fue del partido y no negoció con la desventaja. Le sirvió para acabar con un marcador que sí refleja la diferencia entre los equipos pero sigue invitando al optimismo cuando estén todos los jugadores o pueda llegar alguno que complete y equilibre lo que ahora no tiene la plantilla.
La situación clasificatoria, a dos victorias del liderato y con tres victorias de ventaja sobre el descenso ayuda a seguir trabajando con tranquilidad. El próximo partido llegará el Huesca al Pazo. Un partido que empezará a marcar la dirección hacia la que mire el equipo ourensano esta temporada.
