Corren tiempos intensos en tierras pucelanas. Más de lo que le gustaría al Valladolid, rival mañana del COB. La inesperada derrota en Melilla la pasada jornada hizo fruncir el ceño a jugadores y técnico. Un mal arranque después de un parón que sirvió para resetear piernas y cabeza. Además, la marcha del alero australiano-croata Dominic Gilbert, avisada con anterioridad y rubricada esta semana, deja con un efectivo menos a una plantilla que ya busca recambio con tiro en el mercado.
Un plantel que está con un balance de cuatro victorias y tres derrotas y que tiene la parte alta de la tabla como objetivo. Para ello han confeccionado un bloque sólido, con mucho físico y a la carta de un Paco García que sabe latín. El inicio liguero ha dejado luces y sombras y se toman el duelo ante los ourensanos como una cita para descorrer las cortinas definitivamente y olvidarse así de la oscuridad.
Entre los nombres propios, la dupla de bases incluye al experimentado Mike Torres y al sueco Melwin Pantzar, uno de los jugadores más destacados de la LEB Oro hasta la fecha. Saca provecho de su físico para penetrar, anotar y forzar faltas y, en defensa, incomoda mucho. Catorce puntos por partido y una valoración media de 18,6 dejan clara su influencia.
Por fuera, el tiro de un no tan viejo conocido como Greg Gantt está funcionando. Anota el 50% de lanzamientos que realiza desde la larga distancia. Poca broma. El estonio Puidet aporta su dosis de intendencia al servicio de lo que demande el equipo.
Mezcla
La palabra físico tiene que volver a aparecer obligatoriamente para definir todo lo que les queda. De ello iba sobrado el ausente ya Gilbert, al igual que Belemene. Por dentro, De la Fuente se las sabe todas a pesar de su reducción de minutos, Kuiper, desde Países Bajos, ofrece alternativas y el ourensano Mazaira tira si toca, aunque no está viviendo su mejor curso en porcentajes.
Sus “cincos”, Kabasele y Allen buscarán sacar provecho de su juego en la zona, como hicieron en el último partido de pretemporada que se disputó en el Pazo y del que, preparación al margen, se pueden extraer conclusiones.
Y a orillas del río Pisuerga su rendimiento mejora. Tres partidos, tres victorias. Ante rivales de entidad, además. El primero en hincar la rodilla fue el Burgos, y después sucumbieron el Lleida y el Coruña. Equipos de “su” liga a los que hicieron pasar por debajo del futbolín.
Ante ese factor pista tendrá que luchar el COB mañana desde las 19:00 horas. Las cartas sobre la mesa de un Valladolid muy reconocible en fondo y forma que mira al futuro con ambición y altas expectativas sin perder detalle de un presente les deja alguna duda más. Potencial tiene. Los ourensanos tendrán que minimizar sus puntos débiles si quieren volver sonriendo en el viaje de vuelta a casa.
