LEB Oro

El infierno era esto

Chapero acaba de dejar por el camino a Delas y se dispone a anotar (FOTO: XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Chapero acaba de dejar por el camino a Delas y se dispone a anotar (FOTO: XESÚS FARIÑAS).
El COB regresa a la dureza y los sofocos de la LEB Oro aunque durante más de medio partido sometió al Gipuzkoa

Resulta que el infierno era esto, un infierno este de la LEB Oro obviamente infinitamente más apetecible que el de Plata, un infierno que no son pocos los que quieren disfrutarlo. Llegó el arranque y con él un disgusto que nadie quería, un disgusto que parecía lejanísimo cuando el COB sometía al Gipuzkoa al filo del descanso. Ese 32-24 con poco más de un minuto por jugarse del segundo cuarto se quedó en nada en un “pis pas”. Luego, el tercer periodo sí hirió de muerte a un equipo que entró en los cinco últimos minutos solo tres puntos por detrás. Derrota, sí, nimia en comparación con la del rival de este mismo martes, Estudiantes, al que más habría valido haberse saltado la salida a Lleida.

Día de estreno en el Paco Paz, día de caras nuevas, prácticamente todas. Día para constatar también los problemas de los de Arenas en el juego interior pero también en el exterior, poco más de un veinte por ciento en los lanzamientos triples. A falta de nuevas manos, las de Aboubacar se antojaron claramente insuficientes. Tiempo queda para subsanar las carencias, otra cosa no, pero tiempo sobra.

Con la precisión de un cirujano completó los cuatro cuartos el COB, 16 puntos en cada uno de los tres primeros, 14 en el último. Con la grada todavía calentando, con una peña nueva pero muchas gargantas todavía por llegar, no fue hasta el tercer periodo cuando llegó el arreón visitante.

Chapero

Hay quién dijo que si quieres ser competitivo en un deporte de equipo debes tener un argentino o un uruguayo. O los dos. O varios. Tomás Chapero apareció en el partido con un reverso que supuso la primera canasta en esta nueva etapa del COB en la LEB Oro. Jugó tan deprisa que a los cinco minutos ya estaba en el banco. Por el camino, y a la vuelta también, un macrogorro, un mate, un robo, un mucho de espíritu. 

De la electricidad se encargan Willett y Williams, de la sangre fría Pilepic. Nogués estuvo reñido con la canasta. Peciukevicius, en el que tantas esperanzas están puestas, jugó mermado, cuatro puntos en catorce minutos, dos de ocho en tiros, así lo atestiguan. Malo cuando un jugador comienza a estirar.

Felipe Reyes se retiró siendo el rey de las zonas pese a sus apenas dos metros. Colocación e intuición por encima de la estatura, concentración y carácter competitivo. Seguro que partidos del madrileño repasa en vídeo Chaz Williams, con diferencia el más bajito sobre la cancha. Se fue del partido con ocho rebotes,  los mismos que Jakstas en el visitante Gipuzkoa y solo uno menos que Nogués. Ahí queda eso.

Chaz Williams, el base para el que nada parece imposible

 

Apenas 1,75 de altura le dio para lanzarse sin complejos a por Rolandas Jakstas, un lituano de 2,03 metros. Como un disparo comenzó el neoyorkino, con dos triples en los primeros minutos,  luego se fue apagando ante la canasta pero no a la hora de disputar los balones, ocho rebotes. Vértigo que no fue suficiente, vértigo esperanzador.

La alegría de la LEB Oro ha vuelto con idea de quedarse

 

Volvió la alegría a las gradas del Paco Paz, volvió la LEB Oro, paso previo hacia el ansiado asalto a la ACB. Con peña nueva además, que todo el apoyo va a ser poco. Calentando motores frente al Gipuzkoa, en nada estarán de nuevo en el pabellón, el viernes 14 con motivo de la visita del Castelló.

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