Hay que decirlo. Es un tópico, sí. Pero hay que decirlo. Domingo de Resurrección para el COB. Es cierto que en la última jornada de liga regular, las constantes vitales del equipo mostraron claros síntomas de mejoría. Pero ante Mollet, en el primer duelo de play off, la cosa fue todavía mejor. Los ourensanos vencieron y convencieron. Eran favoritos y lo plasmaron con hechos y puntos. Y eso, viendo el resto de eliminatorias, tiene más mérito.
Un partido que tuvieron que romper varias veces. Dominaron y apretaron, pero los catalanes se agarraban con más corazón que juego. A la tercera fue la vencida.
El equipo de Guillermo Arenas ya es el equipo de Guillermo Arenas. El tiempo le juega a favor a un técnico que llegó con prisa y sin pausa. Ya tiene su ADN marcado. Una defensa que ha dado un paso adelante, mete manos y aprieta dientes. Y un ataque que se ha equilibrado. Carga la zona porque puede y tira desde fuera cuando debe.
MÁS MADERA
Y la mejor noticia es que a la “Guilleneta” se suben cada vez más jugadores. En tierras catalanas se vio al mejor De Assis de la temporada. Con diferencia. Una energía con control que, en ese línea, puede aportar mucho al COB. Antes, Nogués o Van Wijk reclamaron unos galones que no quieren soltar.
Con todo esto, y sin pecar de prepotentes o poco modestos, la eliminatoria queda resuelta. Un 59-87 son palabras mayores. El partido del próximo domingo en el Pazo debe servir para refrescar piernas, repartir minutos y seguir incidiendo en ese “enchufar” jugadores en esta misión por el ascenso.
Si el deporte es un estado de ánimo, el COB tiene que estar ahora muy arriba. Pero ojo. Es la primera eliminatoria de tres. Esto es largo. Y mejor que sea así. Pero pinta mucho mejor.
