Un partido en el que se utilizará la palabra play off, pero que disputarán dos equipos en mala dinámica. El COB es el equipo que ostenta la última plaza que da acceso a los cruces y la mantiene a pesar de encadenar dos derrotas seguidas. ¿El motivo? Que sus perseguidores no lo han hecho mucho mejor. El Oviedo es un claro ejemplo. Los asturianos tienen una victoria menos en la tabla y llegan hoy al Pazo tras encadenar tres derrotas consecutivas. Una crisis que se ha llevado por delante, esta semana, al excobista Davis Rozitis como último movimiento. Por ahora.
Las cifras también muestran que es el Oviedo un equipo un poco "bohemio". Anota como los de la parte alta, pero encaja como los de la parte baja. Una falta de equilibrio que le ha condenado en unos cuantos partidos y que no acaba de solucionar.
En ataque, el nombre propio, es el de Demetric Horton. El alero es uno de esos jugadores que pueden ganar un partido prácticamente solo si entra en combustión. De frenarlo, los rivales tendrán mucho camino recorrido.
Por fuera, Josep Pérez o Dan Duscak llevan el mando de las operaciones en la dirección, mientras que por dentro hay físico a lo ancho (entiéndase, jugadores fuertes), pero no tanto a lo alto y menos tras la baja de Rozitis. El jugador más fiable está siendo Martí, que promedia casi 12 puntos y al que "birlaron" una canasta en el último tropiezo en Melilla, lo que hizo que los ovetenses firmaran el acto bajo protesta y solicitaran la anulación del partido.
Stuckman, con etiqueta de "5" pero alma de "4", el completo Mikel Sanz o el "duro" Hall Elisias, forman la nómina de jugadores a seguir en una escuadra que dirige el gallego Javi Rodríguez tras su fallido paso por el Estudiantes la pasada campaña.
Un adversario que aterriza en el Pazo con tantas o más dudas que el COB. Uno de esos partidos que vale doble en la lucha por estar en el play off. Puntos fuertes y también débiles para un Oviedo algo "cojo" a estas alturas del curso baloncestístico.
