Que no se olvide el “triplazo” a mano armada

El cobista Javi López conversa con el árbitro Jorge Baena durante el duelo. Foto: Hestia Menorca
photo_camera El cobista Javi López conversa con el árbitro Jorge Baena durante el duelo. Foto: Hestia Menorca
El trío arbitral sacó fuera un triple de Llorente que entró de forma inapelable ante el estupor de los ourensanos

La verbena de la Paloma a la hora del vermut. El COB salió vivo y coleando de un arbitraje de manos a la cabeza en Menorca. El lío llegó con un triple que entró y no contó. Primer cuarto, 10-11 en el marcador. Ataca el equipo ourensano. Sergio Llorente se levanta desde más allá de la línea de tres y anota. Para casi todos. Como la red estaba un poco enredada con el aro, la situación pasó a ser dantesca. Asunción Langa dio por bueno el triple. Su compañero, bajo el tablero, señala tímidamente “air ball” y saque de fondo para el Menorca. Y el tercero en discordia, a la espera. 

Langa se gira a hablar con la mesa y decide que no, que ya no es canasta. Félix Alonso no da crédito. Los colegiados, ya con Cañigueral y Bena, se juntan, hablan y la decisión se mantiene: no fue triple. Caras de sorpresa con unas pizcas de estupor. El comentarista del partido para LaLiga+ también alicinaba: “Madre mía si no dan este triple esto es una locura. La mesa tiene que avisar. Es clarísimo. Esto es nuevo para mí, no lo había visto nunca”. 

Pero claro, quedaba un mundo por delante. El equipo no se podía descentrar. Misión difícil cuando ocurre una acción que te perjudica de forma tan flagrante. “Pues con estos bueyes hay que arar”, pareció pensar el cuadro cobista con el partido lanzado.

También hay que destacar canastas que sí contaron para los baleares cuando antes los colegiados ya había pitado falta. Mucho antes. De traca. Hicieron de tripas corazón y sacaron adelante un partido muy complicado por las circunstancias conocidas y por las que llegaron sin avisar.

De esta forma llegó el quinto triunfo del curso cuando van siete jornadas disputadas. Para ponerlo en perspectiva. La pasada temporada se lograron cinco en toda la primera vuelta, en 17 partidos. Sensaciones y resultados muy diferentes. Incluso con esas inoportunas lesiones que hacen que sea inevitable pensar eso de “y si…”. Porque repasando las derrotas en Oviedo y ante el Fuenlabrada, en fin, el balance podía ser hasta mejor.

Una victoria para tener fe inquebrantable en el COB. En su idea y en la forma de plasmarla sobre el parquet. Luego las cosas saldrán mejor o peor, un esguince se cruzará en el camino o vaya usted a saber. Pero los ourensanos hicieron una hoja de ruta en verano y la van a seguir con todo.

Además apareció Romaro Gill. El último en llegar, el último en aclimatarse. Pero si se parece a la versión de Menorca, muchos van a tener pesadillas con el gigante jamaicano. Un partido para que suba su confianza tan arriba como sus 2,18 metros. 

El sábado más. Llega el “millonario” Betis al Pazo. Que solo se hable de baloncesto y no de polémica. Ya cansa.

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