Reflexiones de bolsillo

Cotilleando un poco en Facebook me he encontrado con una publicación muy interesante de un hombre del baloncesto gallego. Carlos Maceiras es una de esas personas que, según la conoces, ya te das cuenta de que una conversación con él te va a aportar. Iba a decir que Carlos es ourensano, aunque me he dado cuenta de que no lo sé con seguridad. Lo que sí que puedo garantizar es que vive aquí y que es una persona bastante inquieta. En esta cuarentena he aprendido mucho de algunas ideas que ha propuesto para hacer con los niños en casa. Además de su gran habilidad para explicar lo que quiere decir, su hijo André hacía una demostración del juego que querían enseñar. Compartía una publicación de la web cuartopoder.es y que tenía como título "¿Qué significa dar una clase? Sobre profesores y estudiantes?", e invita a que cada uno haga su análisis, sin influirte. En ese artículo, Fernando Bárcena, catedrático de Filosofía de la Educación de la Universidad Complutense, hace una crítica sobre lo que dice el ministro de universidades, Manuel Castells. Éste remarca que "la enseñanza online abre una ineludible vía de futuro y que tenemos que acostumbrarnos a una enseñanza bimodal; que al profesorado no le queda más remedio que reciclarse y adquirir competencias digitales". El profesor hace una exposición sobre la bonanza de las clases presenciales y lo importante, e incluso vital, que es la relación entre profesor y alumno. Todos los que nos dedicamos a entrenar, en cierto modo somos profesores o formadores. Nuestra tarea es enseñar e intentar conectar con el alumno (el jugador), para conseguir su máximo rendimiento y una evolución futura. Además, muchos también impartimos clinics y cursos, que es otra manera distinta de enseñar. Así pienso que, aplicar lo que tienen las nuevas tecnologías es positivo y necesario, pero la parte de comunicación directa es insustituible por una cámara, por lo menos a día de hoy. ¡Ah!, pero antes de todo también fui estudiante, en el colegio, universidad o en cualquier otro sitio donde hubiera alguien que estuviera dispuesto a enseñarme y yo a aprender. Por eso puedo decir que la exposición del profesor Bárcena es muy interesante pero bastante utópica. Por ejemplo, mi experiencia universitaria dista mucho de esa pasión profesor/estudiante y viceversa. Así que Carlos, no sé si leerás esta columna, pero aquí tienes mi reflexión.